Por MARIO ENSÁSTIGA SANTIAGO*
De entrada la pregunta es altamente sugestiva y provocadora para la reflexión individual y colectiva, los tiempos de la 4t son indiscutiblemente los escenarios más propicios para intentar dar respuesta razonable y realista a ésta gran interrogante para los que nos formamos en el inicio de nuestra construcción ideológica y política hace ya algunas décadas, desde luego que hay un contundente no, desde el paradigma o modelos internacionales que atraparon nuestra imberbe juventud.
En efecto, muchos conceptos, teorías, tácticas y estrategias socialistas y comunistas que llegaron a nuestro país a principios del siglo XX, han perdido viabilidad objetiva, como el asalto al poder por la vía armada, la dictadura del proletariado, los medios de producción en manos de los obreros, el partido de la clase proletaria, en fin, se podría hacer una larga lista, desde luego que el fracaso del socialismo y comunismos internacional con el derrumbe del Muro de Berlín y las experiencias en América Latina de las últimas, 3 décadas, no significan el fracaso del marxismo y de las utopías socialistas y comunistas.
Considero que es necesario en consecuencia, reforzar y unificar hasta donde sea posible el esfuerzo que varios agrupamientos vienen haciendo en los últimos años, de repensar por cuenta propia, desde nuestra experiencia, idiosincrasia e historia, de cuáles son los elementos constitutivos del socialismo mexicano del siglo XXI, para que sea una revolución social con mezcal y no con vodka ruso o el baijiu chino, valga la metáfora.
Evidentemente los componentes del socialismo mexicano de estos tiempos deberá incorporar a fondo la reivindicación de las conquistas democráticas alcanzadas durante años y los derechos humanos alcanzadas de última generación, cuestiones como el derecho al aborto, las cuestiones indígenas, la pluriculturalidad, los matrimonios igualitarios, la diversidad sexual y de cultos religiosos, la igualdad sustantiva, el cambio climático, la jubilaciones y pensiones y muchas otras cuestiones de combate frontal a las brutales desigualdades sociales y económicas de nuestros días.
En estos escenarios es que me explico personalmente, la celebración del Tercer Encuentro Nacional por la Unidad de las Izquierdas en la CDMX el pasado 15 de diciembre, en la perspectiva del compromiso de impulsar un programa anti neoliberal que contribuya y fortalezca la 4t, programa que deberá analizarse y aprobarse en el Congreso Nacional por la Unidad de las Izquierdas a celebrarse en mayo de 2020.
En esa perspectiva se están realizando encuentros estatales para abonar al proceso de reflexión, análisis, discusión y acuerdos de las tareas a realizar, cada proceso estatal nombrará 5 personas que se integraran y formarán parte del Consejo Nacional, ello implica procesos municipales y comunitarios, para impulsar impulsarán diversas actividades de carácter informativo y organizacional de los sectores, como el educativo, universitario, urbano popular, sindical, agrario, mujeres e indígena, sin excluir otros que pueda surgir la necesidad de abordarlos, a través de múltiples actividades, conferencias debates, mesas redondas, encuentros y todos los medios que posibiliten elevar el nivel de organización y lucha que potencia a la 4t , la blinde social y políticamente con la organización y movilización de un significativo movimiento de masas, para enfrentar el embate y golpe blando en curso de la derecha más reaccionaria.
En el estado de Michoacán y particularmente en Morelia, se han estado celebrando reuniones con los objetivos arriba señalados, al igual que en otras entidades, en teoría supondría que debería ser un movimiento que aglutine fundamentalmente a personas y organizaciones diversas que no están afiliadas a MORENA e inmersa en su complicada dinámica, pero definitivamente comprometidas con la 4t.
Coincido totalmente con los interesantes escritos de Enrique Semo, Armando Bartra y muchas otras personas que durante las últimas semanas han difundido en distintos medios impresos a. nivel nacional y evidentemente las múltiples presentadas en la Tercera Asamblea Nacional por la Unidad de las Izquierdas, en relación a los retos de los socialistas y comunistas en la estratégica consolidación de la 4t e ir más allá del periodo tan complejo y estoico que le ha tocado protagonizar a Andrés Manuel López Obrador, para como dice Armando Bartra y en un sentido altamente crítico y propositivo, en relación a la dinámica del presidente de México, que es necesario suplir colectivamente al unipersonal príncipe de Maquiavelo para dar paso en verde al nuevo príncipe colectivo de Gramsci o si prefieren como yo, la visión social de la educación popular de Paulo Freire.
Para ello debe ponerse en acción plena y activa, la intelectualidad, la generosidad y compromiso democrático de izquierda, progresistas y revolucionaria de la izquierda mexicana de este siglo XXI.
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* Mario Ensástiga Santiago. Es ingeniero por el IPN, además de realizar estudios en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y una maestría en Desarrollo Urbano. Ha militado en la izquierda durante 45 años. Fue secretario ejecutivo del Centro de Desarrollo Municipal (Cedemun) y asesor de diversos gobiernos municipales.