La Página
Por VERÓNICA TORRES MEDRANO
Morelia, Michoacán.- Eran las 3:00 de la tarde, el rumor al interior del Congreso del Estado corría, los trabajadores se iban a manifestar. Muchos ya no recibieron su quincena, el correrlos para quitarle sus prestaciones y sin conocimiento previo, fue el reclamo.
Nadie sabía cómo sería su manifestación hasta que bloquearon todos los accesos al recinto Legislativo; nadie entra, nadie sale, la consigna.
Fue el inicio de un día caótico, donde los diputados vieron la oportunidad de sesionar de manera privada y sin la mirada del público, pero que su plan salió mal.
Mientras unos quieren el poder, otros salieron y hasta encapsulados y empujados salieron por parte de los elementos de seguridad de la Guardia Civil.
La sesión extraordinaria estaba programada para las 16:00 horas; el citatorio pedía puntualidad a quienes hoy cobran como diputados y, durante el primer año Legislativo, se les conoce por su impuntualidad e iniciar desde 1 a hora y media tarde las sesiones.
La sorpresa se la tomaron al encontrar un Congreso cerrado, tanto el acceso principal, así como las entradas alternas, fueron cerradas con lazo y pancartas. Dos veces se abrieron, para permitir la salida de aquellos que quedaron atrapados y que se mantenían en el patio.
El Agrupamiento de Restablecimiento del Orden Público fue convocado para liberar el recinto. Amenazas con llevar a los manifestantes a barandillas se dio por minutos tensos. Nadie hablaba, sólo exigían sus pagos y claridad sobre sus derechos laborales.
En tanto, la Presidencia y la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) alistaban una sede alterna en Palacio Clavijero, donde los elementos de la Guardia Civil terminaron resguardando.
La instrucción, según, era de Gobierno del Estado el sesionar de manera privada. La Presidencia negó la solicitud de seguridad para poder sesionar e, inclusive, desde arriba se planteó una sesión privada, sin público ni medios de comunicación.
Los policías sólo dejaban entrar a los diputados, por señalamiento de quienes eran por parte de Servicios Parlamentarios y el enlace con el Congreso, de la Secretaría de Gobierno, Víctor Rodríguez.
Asesores, enlaces de comunicación y medios se les fue negado el acceso.
El morenista, Juan Carlos Barragán Vélez, pidió que la prensa entrara a la sesión. En un primer intento de ingreso, hasta el legislador quedó encapsulado con periodistas. Una llamada a la Secretaría de Gobierno para permitir el acceso a Palacio Clavijero se dio en el momento, lo que el poder de la Presidencia se quebró.
El legislador entró tras la calma de manas partes y los periodistas terminaron fuera de la cápsula. En la espera, en un segundo intento, se generó el caos.
El morenista salió por la prensa, pero los policías evitaron a toda costa el paso de personas que no fueran diputados. Jaloneos y empujones se dieron en cuestión de minutos.
Y es que los trabajadores que se manifestaban buscaban ingresar a Palacio Clavijero a exigirle a los trabajadores el paso de su quincena y la claridad en los despidos a quienes tienen años laborando en el Legislativo.
Las diputadas Margarita López Pérez y Julieta Hortencia Gallardo Mora salieron para atender el tema y permitir a la prensa ingresar; Barragán Vélez se hizo de palabras con los policías y, entre empujones y jaloneos, se llegó a un acuerdo de ingresar a medios de comunicación.
Adentro, la sesión ya había iniciado. Sin transmisión y con el quórum de 32 legisladores, el trabajo inició y fue hasta la discusión cuando salieron a relucir los motivos por el cual buscaban una sesión privada.
La Presidencia no quería tocar el tema, menos la JUCOPO, los señalamientos se dieron hacia una persona, Fidel Calderón Torreblanca.
De ratero y líder de uan cúpula de poder no fue bajado. Si bien no le dijeron “rata” en su cara, hubo quien comentó al aire “qué vergüenza que te digan rata”.
Poco más de media hora duró la discusión, todos querían hablar, eran los diputados contra la JUCOPO, la desincorporación a favor del IMSS quedaba de lado.
Una reunión pendiente con todos los legisladores fue la petición más grande, pero los señalamientos a quien posible desapareció recursos y hoy hagan falta en el Congreso, fue constante hacia Fidel Calderón, quien al finalizar la sesión, y para evadir a la prensa, hizo como si estuviera hablando por celular y subió al segundo pudo de Palacio Clavijero. La señal en el lugar es mala, sin recepción clara.
Mientras que el resto de los legisladores, algunos con la cabeza en alto, salió del lugar, por la puerta de enfrente, y donde algunos trabajadores se encontraban en la manifestación.