La Página
Por ANA MARÍA CANO
Morelia, Mich; 1 de junio del 2023.-Abraham Montes Magaña, es moreliano y apasionado de su ciudad y el servicio público, licenciado en Derecho con una gran vocación para trabajar por su entorno, localidad y Estado.
Se dice ser orgullosamente nicolaita, actualmente es el comisionado presidente del Instituto Michoacano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IMAIP).
A sus 18 años empezó a trabajar en el servicio público, sin duda, dice, le apasiona fortalecer todos los días su trabajo, pero sobre todo, estar fortaleciendo y trabajando por la confianza de la ciudadanía en sus autoridades.
“Sin duda, esto nos llena de gusto porque tenemos muchas áreas de oportunidad dónde poder trabajar en beneficio de todos los michoacanos”.
Vivió un tiempo en Brasil y pudo ver cómo allá el tema de la cultura cívica está muy arraigado ya que los jóvenes participan en las decisiones por que se interesan en lo que hacen sus autoridades, y fue ahí, donde supo que quería estudiar Derecho para saber qué hacer y cómo está regulado el Derecho para conocer e ir mejorando la norma.
Es un convencido de que se puede levantar la voz para decir lo que está mal, ser un crítico constructivo, pero al mismo tiempo un actor de cambio y mejorar el entorno.
“La ciudadanía debemos ser más activos, y si vemos que algo está mal, tenemos que trabajar, levantar la voz y participar; y no siempre pensar que la autoridad está haciendo todo mal y trabajar de la mano con la autoridad”.
Recordó su primer día que ingresó a la Facultad de Derecho donde sus maestros le compartieron a parte del conocimiento de la norma, su experiencia.
Ya casi para recibirse, comparte, se le dio una oportunidad como jefe de sección en el Congreso del Estado para asesoramiento, trabajo que fue apasionante y duró 6 meses, pero siempre convencido de que con un granito arena de su trabajo, los diputados le dieron la oportunidad de ser secretario técnico de la Comisión de Gobernación así como la de Puntos Constitucionales, entre otras, teniendo solo 22 años de edad.
Logró que se tuviera la primer ley de Turismo del Estado de Michoacán así como la Ley Ambiental para Michoacán y la primer ley de la Prevención y Gestión de Residuos.
Fue en el 2012 donde se le dio la oportunidad de ser asesor en el Congreso del Estado, y en el 2015 surge la convocatoria para ser comisionado ejecutivo de atención a víctimas del estado, concursó, y obtuvo ahí también la oportunidad, experiencia, dice, una de las más bonitas que ha tenido al apoyar a víctimas a quienes acompañó para que recuperaran su proyecto de vida.
Ya para el 2018 recibe una invitación para trabajar con el Gobierno Federal como director general de apoyo jurídico constitucional, en la Secretaría de la Fusión Pública Federal.
Ya de regreso a Morelia inicia a escribir un libro sobre cómo fue evolucionando la transparencia en México, de cómo el acceso a la información surge desde 1977 con una reforma política electoral.
“Hoy nuestro derecho a saber lo vemos como algo sencillo, no obstante, en los ochentas esto no pasaba, de hecho la primer solicitud de acceso la información la hizo el maestro Ignacio Burgoa, preguntó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en qué se gastaba el recurso que México había adquirido con bancos internacionales, y le respondieron que no procedía porque él no tenía derecho a preguntar eso, promovió un amparo y el hecho llegó a la corte”.
A partir de ahí se levantó una lucha y pugna social donde el derecho de acceso a la información fue conquistado como una garantía individual y ya se podía preguntarle a la autoridad.
“Entonces se obtuvo el derecho de poder preguntar y que de buena fe la autoridad pueda dar la información, y si no la quiere dar, se necesitó una instancia que hiciera valer ese derecho. Michoacán fue uno de los primeros en hacer valer ese derecho de manera rápida, donde los actores políticos podían informar de su actuar que es público”.
Hace 9 años, continúo, que todas las fuerzas políticas del Senado, se ponen de acuerdo, y coinciden en presentar una Reforma Constitutiva para dotar de autonomía constitucional a los organismos garantes de la transparencia, acceso a la información y de los datos personales, lo cual, da pie a exigirles a todos los poderes e instancias.
“El IMAIP tiene autonomía plena, y a nosotros nos toca supervisar a 270 sujetos obligados. La importancia del IMAIP es que puede dar información de cualquier cosa que los ciudadanos quieran saber de los sujetos obligados. Nuestra plataforma nacional de transparencia es una herramienta reconocida a nivel mundial donde se puede presentar la solicitud de la información que requieran”.
Como un apasionado en el tema, informa que si al ciudadano no le respondieron en los 20 días que tiene el sujeto obligado como límite de tiempo, hay una página en la plataforma donde se pone una queja de la falta de información, y llega al IMAIP quien funciona como un tribunal, le dan un periodo de 7 días al sujeto obligado para la contestación, y se dan resoluciones que deben ser acatadas de entregar la información ya que existen las multas desde 15 mil hasta 150 mil pesos que paga el sujeto obligado con sus propios recursos.
Durante su función en la transparencia, dice que todos los días se levanta con mucho entusiasmo de irse a trabajar y hacer lo que le gusta así como de trascender.
Resaltó que siempre defenderán la autonomía y existencia del INAI porque es fundamental en la vida del país.
Desde su ámbito de competencia, él le abriría las puertas a Michoacán a la transparencia, al combate a la corrupción, a la apertura gubernamental, a la rendición de cuentas.
“Al trabajar de la mano y que se quite la brecha y barrera que se vive entre los gobernantes y los gobernados. Somos ciudadanos, todos queremos que les vaya bien a nuestro estado y a nuestro país, yo quiero que sepan que cuentan con las puertas abierta del IMAIP para que sepan que no están solos”.
Que sepan, prosiguió, que tienen este derecho de preguntar y saber lo que hacen sus autoridades, hay que darles un voto de confianza a las autoridades y trabajar de la mano.
