Por Arturo García Gaytán.
Mal, el mensaje que da la Procuraduría General de la República es pésimo, sobre todo cuando el discurso no baja de “rescatar el estado de derecho”, “impulsar el imperio de la ley” y “que prevalezca la justicia”, a todo esto, ¿cuál justicia?
Siguiendo la ruta informativa, que así se gestó este asunto, en los medios, comenzó con un operativo militar y efectivos federales de tal magnitud que se pensó iban por algún capo pesado, no por media docena de indefensos y espantados parroquianos.
El eje de La Gran Familia fue, es y será Rosa Verduzco, quien bien podría ostentar el adjetivo de leyenda urbana, pues es conocida en México y el extranjero y goza del favor la a mistad de personajes ilustres, entre intelectuales, políticos y empresarios.
Luego, el linchamiento mediático molestó más, sobre todo, a quienes hablaron bien de Rosa Verduzco, y arremetieron fuerte contra la corriente de desprestigio y se impusieron, lograron que se revirtiera el linchamiento mediático y a que la fiscalía federal se desistiera de ejercer penal en contra de Verduzco.
Primero la victimizaron y después se retractan, lo cual deja a la procuraduría de Jesús Murillo Karam bastante comprometida, pues ya vemos que pierden con amparos los grandes asuntos del sexenio, como Oceanografía y Gastón Azcarraga y el cochupo de Mexicana.
Además deja muy en claro que al gobierno federal no le importa investigar, actúa y encarcela, después averigua, desgraciadamente ni usted que estas líneas ni yo que las escribo tenemos detrás nuestro a un Enrique Krauze y a un premio Nobel de literatura, dios no agarre confesados.
Se siguen dando con la cubeta Fidel Calderón y Silvano Aureoles, ambos desean ser candidatos a la gubernatura en el 15, aunque el segundo ya fue y perdió, dirá que fue a la mala, sin embargo perder, es perder y el primero, bueno, aunque intente crecer, al menos políticamente, no le alcanza el dinero ni el talento.
Llevaron sus cuitas a los medios para ventilar sus precarios argumentos vertidos en acusaciones insípidas y sin sustento, que diga de dónde saca tanto dinero, gritó Calderoncito Torreblanquita, y olvida que también gasta lo suficiente para mantener su imagen expuesta y que el sueldito de diputado no da para tanto.
Total, si entre estos dos va a salir el candidato de las llamadas izquierdas, están perdidos desde hoy, con tanta fricción llegarían a una campaña constitucional manchados por sus propias excretas y las que se tiran uno a otro, perredistas al fin y al cabo.
Carlitos Río Valencia va en contra de todas las inercias, leyes y reglamentos, hace campaña abiertamente buscando ser el abanderado priista para la alcaldía de Morelia, ya no cuida ni las formas, su desesperación es tal, que se expone a ser impugnado ante el árbitro electoral, ¿será que estrena padrino nuevo?
Vaya episodio que nos regalaron el diputado federal por el partido Verde, Ernesto Núñez Aguilar y el todavía alcalde de Zitácuaro, Juan Carlos Campos Pone, quienes mostraron públicamente su proclividad para ganar dinero de manera fácil y hasta ilegal.
El menos imbécil y que prefirió escudarse en el silencio fue el hijo del llamado Nueve Nóminas, un tal Elio Núñez Rueda, mientras que el edil del oriente se desbocó y habló de pagos porcentuales raros e ilegales, a diputados, senadores y hasta a criminales, tal vez requiera rendir una declaración ministerial en forma.
Se habla mucho del maltrato que padecen los mexicanos que pretenden cruzar la frontera norte hacia los Estados Unidos, de las vejaciones que son objeto por parte de la patrulla fronteriza y de esos grupos radicales que los cazan impunemente en el desierto.
Sin embargo, como nación y sociedad dejamos mucho que desear en el concierto de las naciones, pues siendo paso de indocumentados centro y suramericanos en tránsito a Estados Unidos solemos ser más crueles y despiadados incluso que los Minute Man.
No se puede acusar y victimizarse cuando en propio territorio nacional particulares y grupos criminales matan, roba, secuestran y abusan de quienes al igual que miles de nosotros desean mejorar sus condiciones de vida, conseguir trabajo y abrir las oportunidades para sus hijos.
¿Por qué será que nadie se sorprendió cuando se hizo público que hay grupos neonazis operando en Jalisco y que éstos están vinculados con distinguidos panistas? Será como dijo Mario Carrillo Olivares: las patologías se juntan.
Mal, pésimo el papel que sale a hacer en los pocos espacios que se le abren al dueño del sindicato del ayuntamiento de Morelia, el tal Jorge Alfredo Molina Bazán, quien lejos de ayudar, quema, ensucia y desprestigia a Wilfrido Lázaro Medina al destaparlo como candidato priista a la gubernatura.
Lázaro Medina tiene vida propia, una carrera política sólida y ha construido un capital político que le servirá para buscar espacios importantes, no ocupa que en gato, un empleadillo de quinta salga a recomendarlo y a darle la maldición, a ensuciar y manchar su buen nombre y trayectoria, por lo visto está desesperado el dictadorcillo, ya ni Perita lo consuela.
¿Por qué se desliga el jefe de la comuna moreliana de los operativos en antros y bares en la capital de Michoacán? Mala señal, pues debería de ser el primero en congratularse de que se persiga el narcomenudeo, luego habría que indagar si el gobierno federal no los junta por chismosos.
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