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ENTREVISTA. Trabaja literatura con primeras infancias, y está en el “Top ten”  mundial de nadadores de aguas abiertas, ella es “Poupée”

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Por ANA MARÍA CANO

Morelia, Michoacán.-En edad adulta aprendió a nadar, lo que inició como un reto se convirtió en una gran pasión, en una forma de vida, en ser representante de Michoacán y de México en competencias internacionales, pero con un riesgo extremo: Hacerlo en aguas abiertas, como lagos y mares.

María Guadalupe López Gaitán, mejor conocida como “Poupée”, es una excelente nadadora de aguas abiertas, en dónde la incertidumbre y el misterio imperan, una vez que la velocidad del agua, el oleaje y los habitantes que en estos espacios se desarrollan, se desconoce.

Originaria del pueblo mágico de Tacámbaro, Michoacán, dice se trasladó a Morelia para desarrollar sus estudios  de educación básica y el bachillerato. Mientras que profesionalmente hizo la carrera de Mercadotecnia en el Tecnológico de Monterrey.

Vivió en la ciudad de Sinaloa donde se da un acercamiento con el mar, y ahí comienza esa relación que ahora tiene tan íntima con éste, el cual le permite desarrollar la natación en aguas abiertas.

Hace siete años regresó a Morelia. Y comenzó a realizar proyectos dirigidos a las primeras infancias, relacionados con la literatura.

“Mi papá y mi mamá ambos fueron maestros de literatura, fueron escritores, fueron dramaturgos, entonces mi hogar era una casa hecha de libros. Soy hija de dos grandes intelectuales, por eso comienzo en grandes proyectos como festivales a nivel internacional, relacionados con la literatura en las primeras infancias”.

López Gaitán Tiene una librería que se llama “Mar de conocimiento”, misma que va dirigida justamente a las primeras infancias, esas en las que participan infantes hasta los seis años.  

Dice que era como muy novedoso su proyecto de trabajo con niños,  las mismas bibliotecas le ofrecieron espacios, libros y personal capacitado para sumarse a su dinámica y contar cuentos.

“En Sinaloa estaba yo como directora de Bibliotecas Públicas municipales, y el proyecto se vuelve súper exitoso, nos ganamos dos premios nacionales con la oferta educativa hacia las primeras infancias desde estos espacios”.

Cuando llega a Morelia inicia los encuentros culturales artísticos para las primeras infancias, y replica un modelo de una gran maestra que se llama Eva Janovitz. El primer lugar en donde le dijeron sí fue en el Centro Cultural de la UNAM-Morelia.

Y también empiezan otras instituciones a abrirle las puertas y a darle apoyos, ya que fue un proyecto que inició con cero pesos en la bolsa. Al mismo tiempo “Poupée” se da cuenta que se pueden bajar recursos para diversos programas y ahí es cuando le entra a la gestoría cultural.

“Comienzo con un festival pequeñito se llegó a convertir a un festival que duró este casi un mes. Ahora ellos tienen una biblioteca especializada en lectura infantil. Actualmente me encuentro trabajando para gobierno federal en un proyecto que se llama semilleros creativos de literatura y pintura de Morelia. Yo soy la docente de literatura y lo niños están aprendiendo el amor por la literatura y las artes”.

Como parte de su estrategia didáctica, María Guadalupe explica que va con los infantes al bosque una vez a la semana. “Llevamos a los niños con sus familias, adoptan árboles, les ponen nombres y dibujan cómo van creciendo. Se toman fotos y así reconocen la importancia de un espacio para la comunidad”.

Este programa de literatura para las primeras infancias, resalta, es gratuito, y cada trimestre abren un ciclo, pero deben apartar lugar, pues se inscriben muy rápido.

Pero lo que complementa la vida de María Guadalupe López  es ir nadar en aguas abiertas. Entrena, compite, gana y cada día que se enfrenta al mar, es un nuevo desafío.

“Yo entreno de lunes a viernes, en ocasiones de lunes a sábado, todos los días pase lo que pase yo estoy en la alberca entrenando con mi equipo. Entreno en la alberca de Bicentenario con el equipo de Morelia Bicentenario. Cuando termino me voy a atender mis negocios, que son la librería y un bazar, así como a mis dos hijos universitarios”.

López Gaitán dice no tener vida social, ante tantas ocupaciones. Incluso, sus amigas se enojan con ella, pues cuando lleva a convivir con ellas se retira a las 21:00 horas. “Es que todos los días necesito dormir muy bien, comer mucho y descansar, para así poder aguantar los entrenamientos”.

Explica que nadar en aguas abiertas requiere una práctica en aguas vivas, más allá de la piscina, por lo que tiene que asistir al mar, ríos, lagos, lagunas, incluso, a los cráteres de los volcanes. En todo lo que es agua no puesta, ni tratada por químicos. Todo natural.

“Lo que yo hago es participar en competencias que están diseñadas para realizarse principalmente en el mar. En Sinaloa por alguna razón yo empiezo a descubrir el mundo del triatlón. Veía a los triatletas y decía: “Wooow”. Se ven todos tan fuertes, se ven todos tan llenos de vida, tan saludables.

“Poupée” recuerda que ella no sabía nadar. Cuando yo era niña a mis hermanos y a mí nos llevan a un curso básico de natación un verano, el típico que tomamos todos para que no nos ahoguemos en vacaciones. El maestro dijo que mi hermano era bueno, pero que yo mejor cambiara de deporte, pues sólo iba a platicar.

A sus 38 años por fin aprendió a nadar y su profesor era especialista en aguas abiertas.  Aprendió con un maestro que era un especialista en aguas abiertas, quien la llevaba a entrenar al Mar de Cortés.

“Y ahí me relaciono por primera vez con el mar y  me doy cuenta que nadar en él es enfrentarse a muchísimos miedos. Al sumergirte en el mar, lo tienes que hacer con mucho respeto y se disfruta mucho”.

López Gaitán comienza a desarrollarse en triatlones, pero se lesiona de manera muy seria, por lo que ya no pudo hacer ejercicios de alto impacto y seguir en ello.

A raíz de ello tuvo que realizar muchos cambios en sus hábitos, dejar el ejercicio de alto impacto, ya sólo podía nadar y realizar yoga. Regresa a Morelia con un ánimo devastado.

“Necesitaba algo que me levantara de la cama, algo que me impulsara a quitarme toda esa depresión tan grande que yo tenía y dije pues la natación.  Entonces me acerco al deportivo “Venustiano Carranza” que me quedaba muy cerca de mi casa y pido hacer una prueba de natación”.

Un maestro que iba iniciando una selección de natación de piscina me aceptó y ahí aprendo a nadar todos los demás estilos. Ya tenía 45 años en ese entonces.

En sus primeras competencias, confiesa, le fue tan mal que la descalifican, pero eso nunca la venció, no le importaba que no le fuera bien.  Entra a una selección que estaba como la mejor de Morelia con un gran entrenador y mejora todos los estilos de la natación.

“Y empiezo a ganar mis medallas, mis primeras medallas, que me costaron mucho trabajo, muchos años, mucho esfuerzo. Lo conseguí con disciplina, con voluntad, y sin soltar. Me di cuenta que la natación me ayudaba a salar delante de una difícil situación personal. ¡Fue mi tabla de salvación!”

En ese mismo centro deportivo de la capital michoacana, se topa con una maestra, actual entrenadora del equipo de aguas abiertas, y le pide la oportunidad de integrarse a su equipo. La acepta y se va a entrenar a estos espacios, con una dinámica completamente distinta a la que se desarrolla en las albercas.

“Acá hay que trabajar resistencia, hay que trabajar por periodos muy largos, grandes distancias. Cambia por completo la forma de entrenar. Le digo a la entrenadora que quiero participar en una competencia internacional, me apoya, me voy a España, compito en Oceanman (evento que se considera el más importante del mundo en este rubro). “Hice 10 kilómetros, ganando el segundo lugar”.

“Poupée” recuerda su regreso con un premio internacional para el equipo y a partir de ese momento planea grandes competencias. El año pasado decide junto con un compañero ir a un campeonato americano en Ecuador y se trae un primer lugar y eso le da una calificación a la final mundial que fue en Tailandia, en la cual queda entre los 10 primeros lugares de la final mundial.

“La competencia más importante en la que acabo de estar es la de los Panamericanos, en Trinidad y Tobago. Ahí obtuve el tercer lugar y  califico para irme a Singapur el próximo año, donde disputaré la final”.

Como preparación para esa competencia, actualmente su equipo entrena en el Lago de Zirahuén, y en el cráter del volcán de Tacambaro.

Sobre los peligros que se enfrenta un nadador de aguas abiertas al sumergirse en ellas, la destacada atleta dice que en lo personal ha encontrado medusas, erizos, peces y tortugas, sin contar las bajas temperaturas del agua.

Dice sentirse súper satisfecha con lo que logra, con la  gente que la está acompañando, con su familia, ya que sabe que en cada competencia no va sola, pues cruzar la meta ya es una gran logro de todos, hasta de quienes le echan porras.

“No hay edad para lograr los sueños. Sé que puedo hacer más cosas en la natación, aunque cada año me haga más vieja. Yo quisiera llegar a los 80 años y seguir. Este año me sorprendió un competidor que tenía 100 años de edad.

Al participar en la dinámica de “La llave mágica” del programa “Conexión”, María Guadalupe López Gaitán dijo que con ella abriría la puerta para que todos los atletas tuvieran la posibilidad de lograr sus sueños, que cuenten con los apoyos y recursos para ellos.

“A mí me gustaría que todos los que sueñan con ser grandes atletas tengan las mismas oportunidades que he tenido yo, y mejores aún, y que logren sus sueños, que logren desarrollarse en el campo del deporte que más les guste, de la manera más exitosa posible”.

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