La Página
Por VERÓNICA TORRES MEDRANO
Morelia, Michoacán.- Al menos el 70 por ciento de la población que vive en los albergues que se encuentran en el norte del país corresponden a niños y adolescentes michoacanos que han migrado junto con sus familias, lamentó la representante Adjunta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México, Pressia Arifin-Cabo.
Al subrayar que es una situación preocupante, enfatizó que la migración de las familias se da principalmente por situaciones de inseguridad y violencia en su lugar de origen, cuestiones familiares y diversos conflictos sociales, donde los menores son los de mayor peligro por el camino y ruta a seguir al salir de sus hogares.
Tierra Caliente, dijo, es la región de Michoacán que requiere mayor atención, toda vez que la población infantil ubicadas en los albergues del norte, principalmente en Tijuana, Baja California, son de donde radicaban.
En el trayecto de la migración, enfatizó que los menores no solo viven abuso sexual, sino también un reclutamiento forzado por grupos sociales, lo que consideró como preocupante porque quienes llegan a los albergues, tienen problemas de salud mental y trastornos que deben atenderse a la primera.
Sin embargo, enfatizó que en los albergues hay muchas necesidades, principalmente en materia de educación y salud, por lo que deben concretarse con los gobiernos diversos programas de atención que atiendan, principalmente, el desplazamiento interno y todas sus consecuencias.
“Las familias pasan dificultades en el camino, principalmente los niños. Son expuestos a muchas violaciones a sus derechos humanos y al llegar, los albergues no están en condiciones óptimas ni adecuadas para recibir a los niños y sus familias, principalmente en alimentación y salud”, resaltó.