La Página
Para muchos la época decembrina evoca momentos para reflexionar, estar en familia, disfrutar la visita de parientes que habitualmente están lejos y sobre todo, evocar aspectos que la religión católica marca en el fin de año.
La mayoría de los ciudadanos coincide en que es el nacimiento de Jesús.
Para otros tantos, estas fechas son las más esperadas, no por lo que implica inicialmente, sino porque lo ven como época de descanso, fiesta y salida a destinos turísticos.
Según la etimología de la palabra: “Navidad” significa “Nacimiento”.
El término también se utiliza para hacer referencia al día en que se celebra: 25 de diciembre para los católicos y 7 de enero para las iglesias ortodoxas que no adoptaron el calendario gregoriano.
Para el cristianismo, este festejo implica varias tradiciones, como una cena el 24 de diciembre y se extiende hasta después de la medianoche, iniciando el 25 de diciembre, que es el día del nacimiento, en medio de villancicos y cánticos religiosos.
Lo desvirtuado de esta celebración se debe a que la gente ha adoptado estas fechas más como festejo y excesos, que como el sentido religioso que la origina.
Un sector de la población toma como pretexto la fecha para realizar comida y regalos, olvidando casi siempre el fin inicial.
Como sea que se celebre, lo importante es que lo haga en familia, retomando valores que se comienzan a perder, y sobre todo, tomar en cuenta tres aspectos: Gratitud, Generosidad y Responsabilidad