La Página
Por VERÓNICA TORRES MEDRANO
Paracho, Michoacán.- A sus 33 años, Marco Antonio Serrano reconoce que en las comunidades indígenas de Michoacán persiste el patriarcado y el machismo contra la comunidad LGBTTTIQ+, pero que poco a poco se avanza en el tema.
Hoy, son varios los que defienden y exigen un respeto a sus derechos. Si dentro del hogar, dice, hay el apoyo y soporte, en la sociedad debe haber más.
Un abrazo y un beso en la mejilla por parte de su padre, y el apoyo que le dio su madre, fueron suficientes para salir del closet y hoy defender los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+.
Este 4 de junio participó en la primera Marcha del Orgullo Gay en Paracho; durante el trayecto bailó, su vestimenta llamó la atención de todos y su carisma permitieron que fuera al frente del contingente que este sábado puso en alto a la comunidad en una de las zonas con mayor repudio y donde los usos y costumbres deben respetarse al pie de la letra, la Meseta Purépecha.
Oriundo de Pichátaro, Marco Antonio cuenta que desde niño le gustaba jugar con faldas y rebozos. Al inicio, dice, hubo complicaciones, inclusive sufrió de acoso y discriminación a partir de que gritó al mundo su preferencia sexual, esto en la secundaria. La preparatoria, indica, fue normal.
Tener una pareja de Guerrero, puntualiza, permitió hablar con sus padres del cambio que había en su ser,. “Tienen un hijo diferente”, comenta al precisar que su padre lo abrazó y le dio un beso en la mejilla al pronunciar “- eres el más grande de mi hijos y no tengo porque discriminarte -”.
Mientras que su madre, menciona, le dijo que ante cualquier problema, siempre contara con el apoyo de sus padres, sus hermanos y sus tíos.
Relata que uno de sus hermanos, el menor, al principio no aceptaba el cambio y lloraba por la situación. “Si eres el mayor, qué para conmigo”, refiere al resaltar que al final también lo apoyo y hoy fortalece su ser, su identidad, su esencia.
Hoy pide a todos aquellos que siguen escondidos, por el temor de miedo, acoso y discriminación que se da en las comunidades indígenas, a que salgan y se lo “tomen a la ligera”.
Debido a que, dice, uno debe enfrentar todo lo que viene y no estar sumergido en la burbuja, porque al reventarse, “uno tiene que decidir quien es”.