La Página
Por VÍCTOR ARMANDO LÓPEZ
Morelia, Michoacán.-El discurso del partido Morena no prende a los michoacanos, ni a sus militantes y simpatizantes. Y se cumple la sentencia ciudadana: “Todos los partidos políticos son iguales…son lo mismo”.
Y es que en el marco de la celebración de que Morena ganó las elecciones por la gubernatura de Michoacán, se desarrolló en la Plaza Morelos de Morelia, Michoacán, el evento denominado: “A un año de la victoria del pueblo”, mismo que como todos fue organizado con la base del acarreo de gente desde diversos puntos de la entidad, y de la propia capital.
Por ello es que desde antes de las 9:00 horas ya estaban estacionados camiones foráneos sobre las avenidas Tata Vasco y Acueducto, mismos que fueron reforzados con microbuses de los que van a las tenencias de Morelia, así como de combis que en sus vidrios lucían la leyenda: “Tarímbaro”.
La gente bajaba soñolienta de estos vehículos, quién sabe desde qué hora los citaron para trasladarse a Morelia, quién sabe si habían comido algo, o se tendrían que esperar a la repartición de tortas, refrescos y aguas. Lo cierto es que a su arribo a la Plaza Morelos recibían su playera blanca, otros una gorra guinda y algunos más banderines, todos con la leyenda “Morena”. Atuendo que debían lucir y agitar para demostrar que estaban presentes, aunque en muchos casos no sabían ni a qué habían asistido.
Siguen llegando las personas, también a los sindicalizados de salud los citaron a fuerza en el lugar, por lo que amarraron sus banderas de donde pudieron, para así pasar lista. Mientras otros grupos en el Bosque “Cuauhtémoc” se ponían de acuerdo para arribar a la plaza.
Y justo en el intercambio del chisme y la aburrición, el enfado fue roto con los primeros acordes que soltó el grupo musical “Los Tropicuyos” al timo de la cumbia.
Ahí arriba del escenario estaban: Alex García (teclado y voz), Marce Álvarez (timbal y voz), Bambucho Rodríguez (percusiones), y Gonzalo Díaz (Congo y voz), portando su atuendo floreado y lentes para el sol, quienes tras unos golpes de baqueta soltaron: “Pedacito de mi vida” y “La cumbia sampuesana”, entre otras, pues los contrataron por una hora.
La gente seguía llegando. Los minutos transcurrían y los vendedores ambulantes de papas, churritos, cigarros, tamales y dulces no se daban abasto: El hambre imperaba en el lugar, y ni visos de que el evento fuera a iniciar. Mientras a un lado de la plaza, en la Facultad de Derecho de la Universidad Michoacán, arribaban los “elegantiosos”, los que iban a su evento de graduación, cuyos familiares eran “ajuareados” por los comercializadores de globos para la ocasión.
Hasta las 11:42 horas anunciaron que ya estaba en el escenario el gobernador de Michoacán, los líderes de Morena, diputados locales, y presidentes de partidos, entre otros, mismos que horas antes desayunaban desenfadados en un restaurante ubicado en la misma zona, mientras muchos de sus representados sólo “salivaban”.
La primera en tomar la palabra en el escenario, instalado a lo largo y ancho de la Plaza Morelos, fue Giulianna Bugarini Torres, dirigente de Morena en Michoacán, quien levantaba la voz para señalar que: “Las frivolidades e historias oscuras que se dieron en el pasado” (durante el gobierno de Silvano Aureoles Conejo) no se volverían a repetir, ya que ahora se defendería a la entidad y su gente con acciones reales.
Había gente sentada en sillas, otras en el pasto y al pie de la estatura de José María Morelos y Pavón, otros acostados en las jardineras. Unod caminaban sin sentido, de un lado a otro, sin importar quién estuviese hablando o qué se estuviese diciendo.
Bugarini alienta a los presentes para que griten que Alfredo Ramírez no está solo, pero la respuesta es nula. Mientras en las pantallas colocadas en este espacio difunden un video del gobernador michoacano, en el que de su voz se escucha: “Estamos contentos recorriendo a ras de tierra pueblos, comunidades y municipios…tenemos claro que este cargo es para servir a la gente. Ya se robaron todo, menos la esperanza del pueblo de Michoacán”.
Entra al quite Mario Delgado pero no logra prender tampoco a nadie, con todo y que es el presidente nacional de Morena. Trata de tener simpatías y puntualiza: “Estamos en un estado donde se dio una insurrección pacífica y democrática. Hace un año pensaron que nos iban a derrotar, pero no sabían la bravura del pueblo michoacano”.
La gente ya estaba inquieta, no había voz alguna de liderazgo. El hambre se agigantaba. Funcionarios públicos y empleados disfrazados de “morenistas”, estaban más preocupados por tomarse una “selfie” para subirla a sus redes sociales y así demostrar que estaban con el partido…con Alfredo Ramírez.
Y le entra al ruedo “El Güero” Bedolla. Toma la palabra: “Michoacán tiene la convicción de ser grande y su gente está harta de la corrupción…Ya los michoacanos no quieren gobernantes y funcionarios que usen el gasto público para hacer negocios particulares. Ahora ya no hay huachicoleros que se la pasen volando”.
Y justo ahí fue cuando se escucharon las porras, a cargo de quienes tienen la obligación de hacerlo para conservar la chamba, mismas que obligaron a que el gobernador de Michoacán hiciera algunas pausas.
Antes de concluir su discurso, Ramírez Bedolla levanta la mano de Adán Augusto (como el próximo presidenciable) y puntualiza: “Él es el brazo derecho de Andrés Manuel López Obrador”.
Termina el evento, la gente se retira, a algunos les agarrará en corto el camino a casa, otros tendrán que viajar algunas horas. Todos con la fe de ya poder comer algo. Pronto cumplirá un año de que inició el gobierno de Alfredo Ramírez, él tiene un paso y la buena intención, pero la mayoría de su gabinete no está dando el ancho. ¡Casi sin resultados!
Ante eso queda claro: Alfredo Ramírez…sí está solo….sí está solo.