La Página
Por ANA MARÍA CANO
Morelia, Mich; 13 de junio del 2023.-Yunuén Mejía Almonte, artista y atleta de Wushu, representará a México en los próximos Juegos Panamericanos, pero sobre todo a Michoacán.
Será el próximo mes de agosto que viajará a Toronto para representar a México en los Juegos Panamericanos en la disciplina deportiva de Wushu estilo tradicional, junto con otra michoacana residente de Jacona.
Será en el Cuarto Campeonato Panamericano de Kung Fu, donde ambas michoacanas estarán representando a México en este arte marcial milenario.
Su competencia es como una coreografía estética donde se califica la limpieza, el ritmo, estilo y algunos obligados con dificultad que dan el puntaje.
“Es como bailar con una serie de matices y de posturas que tienen que estar bien marcadas y mantenidas”, señala y explica que el atuendo y filosofía de esta disciplina vino del budismo y la India, y se le considera el más antiguo de las artes marciales.
Se puso a entrenar fuertemente para poder estar en el Panamericano, y la vida le puso la oportunidad de ir porque este es su sueño.
Pero como siempre pasa con los deportistas, para poder competir lejos de su país, necesitan el apoyo de la ciudadanía para poder hacerlo, y Yunuén no es la excepción, por lo que requiere del apoyo para emprender este viaje a Toronto, Canadá.
Yunuén es una joven moreliana, su familia la llevó por el camino de la música tradicional y junto con ella tienen un grupo desde hace 16 años.
En estos años, descubrió y decidió irse por el lado físico, del movimiento, del deporte, por lo que su pasión desde niña, fue la gimnasia.
“Y fue en la calle junto con mi hermana Marisol que hacíamos acrobacias; soy un montón de posibilidades, soy católica, hija de Dios y como tal se me ha dado la posibilidad de hacer cosas bellas, porque Él es un gran artista, me dio muchos dones, y soy un reflejo de lo que puedo hacer desde la grandeza del espíritu, la virtud”.
Resalta que se le dio el don de la pintura, la danza y la música; por lo que enfatiza que es un ramillete de posibilidades desde un punto espiritual para poder comunicar el espíritu de Dios a través del arte.
Por ser artista, señala, están las artes marciales, y es ahí lo que su cuerpo abrazó, donde se encontró y tuvo esa necesidad deportiva atlética de movimiento y física.
“Cumplí con esta necesidad que me llevó también a descubrir otras necesidades estéticas y poéticas. Pero siempre, más allá del arte, me conducí por el deporte, y entonces quería hacer parkour y breakdance, pero siempre me lesionaba, y curiosamente ingresé al kung Fu hace como 7 años, y ahí nunca me lesioné”.
El Kung Fu es su medicina y lo que la ha mantenido por ser tan noble con ella ya que la ha mantenido sana y le ha ayudado a escucharse y actuar bien.
Es licenciada en Danza Contemporánea egresada de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), licenciatura que estudió por su intención de ser gimnasta.
Recuerda que cuando tenía 12 años, una prima la invitó a que la acompañara a clases de danza en la Casa de la Cultura, pero entró y estuvo 9 meses estudiando y fue su primer acercamiento con la danza para luego buscar qué más podía hacer su cuerpo a parte de caminar.
“No quería ser bailarina, pero descubrí que me llevó al deporte y que podía comunicar a través del baile a través de la fortaleza del cuerpo y del ser, y trascender a través de la sensibilidad del cuerpo”.
Respecto a la música, dice que es un gran regalo y bendición que Dios le dio, y a pesar que en un momento lo sufrió, ahora sabe es un don que tiene pues no se concibe sin cantar, ya que la música le nació dentro de su familia y le sirve para comunicar.
Toca las armonías en su grupo familiar y percusiones, instrumentos que le gusta aprender a tocarlos. Su vida como música junto con su familia es de reconocimiento, crecimiento y aprendizaje.
Yunuén abriría la puerta de la conciencia y el corazón para los michoacanos para cuidar lo que son y tienen.