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ENTREVISTA. Michoacana ganó ultra maratón de 100 kilómetros, ni la altura del Machu Picchu pudo con ella

  • Gobierno de Zamora le negó apoyo para asistir a la justa, y también para que su familia celebrará el triunfo en la plaza principal

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Por ANA MARÍA CANO

Morelia, Michoacán.-La runner zamorana Belén Wence siempre sigue sus sueños y considera que los límites nunca están demasiado lejos de cruzar. De ahí que ganó el primer lugar en la carrera internacional  de 100 kilómetros  “Ultra Machu Picchu Trail”.

La encargada de engrandecer a Zamora, Michoacán y México, con su espíritu indomable, es ingeniera en Alimentos y Biotecnología por la Universidad de Guadalajara

Para correr por las llanuras de los Andes y sus caminos de alto riesgo, se preparó física y emocionalmente durante un año. Teniendo en mente que se enfrentaría a caminos totalmente desconocidos.

Fueron 23 horas con 25 minutos los que duró corriendo, tiempo en el que se enfrentó a caminos llenos de piedras y espinas, falta de marcaje y de abastecimientos de agua y alimentos. Los caminos los corrió de noche y vio el amanecer, atardecer y nuevamente oscurecer. La inició a las 21:00 horas y terminó a la misma hora de la noche del otro día.

Belén Wence hace unos días regresó a Zamora, Michoacán, con la presa del primer lugar y con el orgullo de vencer 100 kilómetros corriendo. Ante ello, sus familiares y amigos quisieron recibirla y rendirle un pequeño homenaje, como la triunfadora que es, en la plaza principal de Zamora, pero el presidente municipal no les permitió hacerlo. Siendo este servidor público de muy corta visión, pues siempre la rechazó cuando iba a pedirle al gobierno municipal apoyo para hacer otras carreras.

Su inspiración y amor por correr fue su mamá, a quien Belén acompañaba siendo una niña, para verla correr también en algunas competencias.

Fue a sus 16 años cuando ella corrió por primera vez, en una competencia donde quedó entre las finalistas. Ahí precisamente fue cuando nació el amor por correr. Desde entonces, las carreras han sido muchas al igual que los premios.

“Esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida, fue lo que pensé al cruzar mi primera meta, he encontrado maravillosos caminos, sigo mis sueños, los límites nunca están demasiado lejos de cruzar”, dice con el orgullo de haber obtenido el primer lugar, en una agotante prueba, para México.

Belén Wence lleva 10 años inmersa en lo que es el atletismo, y seis años participando en carreras de montaña.

Cuando incursionó en las carreras de montaña obtuvo experiencia en distancias cortas, con un nivel promedio, pero poco a poco con su constancia y esfuerzo los kilómetros fueron aumentando, y ahí nació la pasión por los trayectos largos.

“Me encantan las competencias de montaña, porque vas disfrutando mucho los paisajes que se encuentra uno durante el trayecto, no es como una carrera corta en concreto que duras dos o tres horas y ya. Me encanta recorrer distancias de horas y disfrutar los horizontes que ves desde las montañas”.

Platica todo lo que hubo detrás de este “Ultra Machu Picchu Trail”. Como por ejemplo, los meses de entrenamiento, en los cuales estuvo siempre acompañada y recibiendo todo el apoyo de sus amigos y familiares, pero sobre todo de su mamá.

“Con las piernas temblando pero bien puestas sobre la tierra, sabía que había dedicado todo de mí durante mi preparación para dar lo mejor ese día. Iniciamos la carrera a las 9 de la noche, partimos 30 corredores y nos adentramos a la montaña, las cosas comenzaron a complicarse ante la falta de marcaje y de abastecimientos que no estaban donde supuestamente los encontraríamos”.

Sostuvo que fueron 23 horas con 25 minutos de carrera, poca era la visibilidad y en un terreno no conocido lleno de piedras, espinas y obstáculos, cargando solo su equipo para enfrentarlo todo.

Belén Wence estudió muy bien la ruta que tuvo que correr, para conocer las subidas y bajadas, así como a qué distancias y puntos encontraría los abastecimientos de agua y alimentos.

“Sobre eso fui creando una estrategia de carrera, tenía marcado cerca de 14 abastecimientos en la ruta, pero hubo problemas porque en algunos puntos no había dichos abastecimientos, y ahí le batallé, porque el litro que llevaba de agua me tuvo que durar 35 kilómetros, pero la resistencia física y preparación mental me ayudaron a estos cambios de jugada”.

Otro problema con el que se encontró en esta carrera fue la falta de marcaje que hizo se perdiera por algunos senderos, incluso, perdió 4 horas en lo que lograba volver por el sendero correcto, pues a pesar que el reloj de rutas GPX que llevaba era muy certero, los senderos eran muy cercanos entre sí y desconocidos para ella.

Pero como corredora de montaña sabe que se puede enfrentar a eso y muchas cosas más.

“A pesar de las fallas técnicas continúe firme, fue en el kilómetro 69 donde todo se complicó en un descenso no marcado y sin sendero a la vista, tomó al menos 2 horas bajar de esa montaña. Tuve un desgaste físico innecesario”.

Hacia los 80 kilómetros, no había señales, agrega, no había abasto, pero era el momento de ir por el primer lugar para México y Michoacán, por lo que decidió separarse del grupo con el cual había hecho equipo para apoyarse y no perderse.

Recuerda que los últimos 7 kilómetros fueron angustiantes porque estaba oscuro, se le perdió el sendero, entre espinas y piedras. Lo que la mantuvo firme en seguir y no aflojar fue que quería el pódium para México, y lo logró.

“Apreté el paso, y ya descendiendo a 7 kilómetros de la meta saboreaba la gloria de mi esfuerzo, me encontré sola, de noche, a lo lejos veía el pueblo donde estaba la meta, pero cada pisada se complicaba más con caídas, espinas y profundo miedo. Pero al final lo logramos”.

Dice que las vistas panorámicas que se encuentra durante la carrera aportan mucho en el estado anímico: “Uno se siente cansado, pero al ver esos paisajes tan hermosos te dan fuerza para seguir adelante”.

No es la primera vez que corre 100 kilómetros, la primera fue hace dos años en Tapalpa, Jalisco; donde logró un tercer lugar. En el 2021 obtuvo el tercer lugar en Santa Clara del Cobre, ese mismo año logró el tercer en Tapalpa con 80 kilómetros. En Barranca de Huentita corrió 70 kilómetros que le dieron el primer lugar, luego se fue a Coahuila en el 2023 con 163 kilómetros y obtuvo el tercer lugar, esta ha sido la de mayor distancia en su vida.

“Hace dos años me enteré del trail en Perú, me organicé, busqué tiempos, recursos, duré un año preparando esta visita en todos los temas como preparación física, como alimentación; estas competencias te envuelven en un 24/7 en todos los aspectos, los entrenamientos fueron fuertes”.

Pero lo más pesado, dice, fue de enero a la fecha de la competencia donde dedicó muchas horas para su entrenamiento. El gran reto era recorrer por los Andes y la altura del Machu Picchu. Ello porque mientras en Michoacán y Jalisco la altura promedio es de mil 500 metros sobre el nivel del mar, allá la competencia se desarrolló sobre los 3 mil 500 a los 4 mil 500 metros sobre el nivel del mar.

Para Belén Wences fue un tema muy crucial para ella encontrar lugares adecuados para su preparación, ya que  elevaciones parecidas en México fueron contadas e implicaron inversión de tiempo y dinero.

En Michoacán entrenó en el Cerro de Patambán, así como en el elevado Colima, donde se alcanzan los 4 mil 200 metros sobre el nivel del mar.

“Me fui dos días antes a Perú antes de la competencia, cuando llegué me fui a correr por las calles y sentía que me ahogaba, y pensé cómo lo iba a lograr, pero afortunadamente mi cuerpo respondió muy bien a la altura y no fue un tema que yo considerara que me mermó en la competencia, la verdad me sentí cómoda aún cuando el desgaste físico es mayor”.

El punto más alto de la competencia, recuerda, lo tuvo como a los 90 kilómetros en todos los factores de correr durante toda la noche, de no dormir, de correr 23 horas con 25 minutos y estar a la altura donde ya no sentía conciencia, pues ya corría por inercia.

“Cuando llegué a la meta fue muy gratificante y se olvidaron los malos momentos. Por ejemplo, el gobierno de Zamora no me quiso apoyar en mis anteriores competencias, por lo que para ir a Perú, ya ni me acerque a ellos, porque me dio pena de que en otras ocasiones me hayan rechazado”.

Ante sus experiencias y logros, el mensaje que da a los jóvenes es que busquen su pasión en el deporte, en cualquier rama, que sean personas disciplinas.

“Creo que la parte de no practicar algún deporte lleva a los jóvenes a la ociosidad y esa es la madre de todos los vicios. Ojalá que vuelvan al deporte como un hábito y parte de su vida”.

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