La Página
Por ANA MARÍA CANO
Morelia, Mich; 22 de agosto del 2022.-Ser bombero, te hace que te olvides hasta de tu familia cuando de salvar vidas se trata, nada importa más que ingresar a una casa incendiada y buscar debajo de las camas y roperos a los niños, quienes se esconden en busca de protección para que no los alcancen las llamas.
Así lo relata don Armando Chagoya, tiene 28 años laborando como bombero, dice que a pesar del peligro que representan, siempre entra entre las llamas solo preguntándose dónde estarán los pequeños en medio del incendio.
“Hasta que los encuentro me siento gustoso cuando salva uno la vida, me da mucho gusto ser bombero y me siento orgulloso porque mi trabajo lo hago con mucho amor y mucho gusto. Ahí perdemos el miedo, el miedo es valor, pero en ese momento uno se olvida de todo y hasta de la familia por salvar las vidas entre las llamas”.
Recuerda que ingresó al Cuerpo de Bomberos solo podando los árboles, pero al ver al trabajo que realizaban, insistió en que lo recibieran como voluntario, y ahí conoció la felicidad de servicio y la tristeza cuando a pesar de todo, no se pueden salvar las vidas.
Portando su uniforme de gala de bombero al ser reconocido en el Día Internacional del Bombero, recuerda que en esta corporación, subió a la máquina 51 de escala, fue el primer camión al que subió para ir a podar árboles.
“Y ahí me gustó y tuve la oportunidad de quedarme y me ha gustado mucho mi labor, me siento orgulloso de haber participado en siniestros, aunque también ha habido momentos muy difíciles y de gran tristeza”.
Recordó que participó en siniestros como cuando se quemó el mercado de Santo Niño, el de Pátzcuaro y el de Tacámbaro, así como el templo de Quiroga.
“Fueron incendios muy fuertes, pero se siente mucho la pérdida de la historia, de cosas valiosas, eso da tristeza”.
Pero, continúo, se siente más triste cuando uno no logra salvar las vidas, mayormente de niños como el que nos pasó en Capula, no pudimos derribar una puerta porque estaba con dobles candados, y era una troje donde se quemaron cuatro niños, y ahí es lo más triste que se puede sentir porque a pesar de todo, no se logró el objetivo.
“No poder hacer uno nada, es muy difícil, pero también se siente un gusto cuando podemos salvar a las personas, y han sido bastante a quienes hemos salvado”.