La Página
Por VERÓNICA TORRES MEDRANO
Tzintzuntzan, Michoacán.-Con un operativo de seguridad reducido; La Fiesta de Michoacán, K’uínchekua dio inicio; comunidades indígenas cercanas a Tzintzuntzan, algunos funcionarios y público en general fueron los primeros en disfrutar la segunda edición de la muestra cultural del Estado.
Los 27 grupos, con más de 400 artistas en escena, fueron los principales actores de la muestra cultural que hoy ponen en alto el nombre de Michoacán.
Solo con pulsera se permitía el acceso a las majestuosas Yácatas de Tzintzuntzan; estatuas vivientes dieron muestra de los antepasados.
Cerca de las 20:20 horas, el video mapping se proyecto en las 12 estructuras modulares cubiertas de tela. En la sombras se encontraba la Orquesta Filarmónica de Tzintzuni.
Los pelícanos, las mariposas y las tortugas se mostraron, acompañado de los bosques, playas y ríos que engrandecen a la entidad.
Así, la bienvenida se dio al primero de cuatro días de fiesta cultural, acompañado del cosmos, donde un ritual acercó a los asistentes con la cosmovisión Purépecha. Médicos tradicionales, integrantes de la Universidad Intercultural de Michoacán y Tatá K’eriecha pidieron permiso, en respeto a las comunidades indígenas, para llevar esta actividad en todo su resplandor.
El juego de pelota encendida, Uárhukua, llegó de las cuatro regiones purépechas. Dos incidentes menores fueron atendidos de manera inmediata, pero no interrumpió la participación de los jóvenes que mostraron uno de lso deportes de mayor prestigio de la antigüedad y de riqueza cultural de Michoacán.
La región Lacustre también se hizo presente. El Coro de Santa Fe hizo lo correspondiente con el baile de entrada del Torito de Carnaval, que desde Jarácuaro, rindieron homenaje a las tradiciones del Estado.
Nana Paula también se hizo presente y a sus 103 años protagonizó la bienvenida del Torito de Carnaval.
La Danza del Pescado, del pescado blanco de Janitzio, fue acompañada de fuegos artificiales que no sólo iluminaron el cielo de Tzintzuntzan, sino que también el escenario de Las Yácatas.
El calorcito de Tierra Caliente llegó y espantó las bajas temperaturas que se registraron en Las Yácatas, cercano a la Ribera del Lago del Pátzcuaro. Gustos y sones tocaron a la música de Los Carácuaros, donde el baile mestizo de Huetamo resaltó por su alegría. El zapateado en la tabla no faltó y mostró la cultura de la región tan característica que impresionó a más de uno.
Bajo el manto de las estrellas, la Sierra también se presentó y la Orquesta Antigua de Quinceo hizo lo propio con diversos sones.
Con su tradicional pal, las Panaderas de Tarecuato honraron a este alimento, el cual consideran como sagrado. Acompañados de fuegos pirotécnicos, las panaderas aventaron pan que los asistentes deleitaron con gusto.
La Banda Juvenil de Tiríndaro se presentó y, en el escenario, fueron acompañados por Kúrpites, quienes al sonido de los cascabeles alegraron la noche fría que cayó en Las Yácatas de Tzintzuntzan.
La región del Valle de Apatzingán retumbó con el zapateado por todo el escenario. El conjunto de arpa grande, junto con sus bailarines, brillaron el piso, pero los caballos bailadores hicieron los propio y lucieron a lo grande.
La Danza de los Viejitos de Charapan acompañaron a la Orquesta Inchatiru, en representación de la región meseta.
La Orquesta Juvenil de Tiríndaro se hizo presente, donde dejó claro que la infancia de la meseta permite un gran desarrollo e interés por la cultura. Además, acompañaron la Danza de Moros.
La Danza de los Viejitos de Jarácuaro fueron de los más aplaudidos en la K’uínchekua. Una de las danzas de mayor representación de Michoacán en el mundo.
En una segunda ocasión, la Orquesta Filarmónica de Tzintzuni se presentó para que las pirekuas tuvieran renombre con el canto de la tierra, el suave murmullo que cuenta las historias del pueblo y en el Patio del Imperio Mayor se llevó a lo alto la expresión del patrimonio cultural.
El acompañamiento se dio por Joaquín Bautista, Cirilo Sirrea, Néstor –José Dimas, Osvaldo Campos y Francisco Bautista.
El espectáculo de drones también llegó a Las Yácatas; K’uínchekua, Michoacán, guitarras, mariposas fueron parte de la representación en el show y de fondo, pirekuas.
San Juan Nuevo, Caltzontzin y Angahuan también tuvieron su representación con los Kúrpites, donde la Orquesta Mintzita de Cherán amenizó. La región del Paricutín estuvo bien representado.
Para el gran final, no se escatimó y dejó muestra de los Tlahualiles de Sahuayo y los Toritos de Petate de Tarímbaro, que se vieron acompañados por todos los artistas, quienes agradecieron al púbico su asistencia a este evento cultural.
El cierre se dio con Juan Colorado y los artistas deleitaron una última ocasión a los asistentes.
