Por ANA MARÍA CANO
Morelia, Michoacán.- Selene Vázquez Alatorre, activista social y militante de Morena, dice ser hija de familia, tiene de cinco hermanos. Nicolás Vázquez Torres, es su padre, su mamá Lupita Alatorre, ambos de la zona de la Piedad.
Pero radicaron en Zitácuaro, donde ella nació, estudió la licenciatura en Comunicación, tiene dos maestrías, una en Derecho Constitucional de la Universidad de Castilla la Mancha, y es especialista en Derechos Humanos por la Comisión Nacional de Derechos Humanos
“Digamos que en estudios esa soy yo, tengo muchos años haciendo trabajo político y social, diez años de mi vida fui reportera de política y fútbol, después me avoqué al trabajo político en diversos partidos, han ido cambiado de partidos, mucho tiempo en el PRD ahora en Morena, el partido más nuevo, pero el más fuerte de México y estamos trabajando en ello”.
Recordó que su primera legislatura fue la del 2002-2005 con Lázaro Cárdenas Batel, cuya experiencia fue muy positiva para ella porque era la primera vez que tenía un cargo público donde modificaron muchos las cosas de cómo hacer política.
“Transformamos el Congreso porque fue la primera vez que no hubo a una mayoría absoluta de un partido. Empezamos a legislar y en aquella legislatura nosotros éramos gobierno pero no mayoría y desarrollé algunas capacidades de diplomacia política que es necesaria cuando ocupas un cargo público”.
Luego, cuando volvió el PRI a gobernar con Fausto Vallejo, y las otras dos que le siguieron, dijo que fueron unas de las peores legislaturas que ella puede recordar , pues ahí las reglas de la diplomacia política se olvidaron.
Señaló que a pesar de tantas dificultades que se tuvieron con sus compañeros diputados, fue productiva porque tenían una responsabilidad y obligación.
Argumentó que fueron varias leyes que se propusieron y que hoy en día están, pero que fue muy complejo porque fue una legislatura muy golpeada por el gobierno federal y estuvo el nacimiento de los autodefensas. Había amenazas por el gobierno federal sobre la forma como se gobernaba.
“Muchas amenazas muerte, muy complejo. Esas fueron mis dos experiencias, en un balance una la viví como gobierno y otra como imposición pero en ambas dimos la batalla para transformar el Poder Legislativo un poco más activo”.
Me gustó legislar, señaló, pero me gusta más la administración pública, porque se puede ayudar más a la gente, particularmente el trabajo comunitario porque puedes apoyar a la gente dándoles insumos, no regalándole cosas, sino apoyándoles, es una parte bonita.
Estuvo en la Comisión de Víctimas cuando el atento de aquel 15 de septiembre, esa fue su última parte de la gestión pública, le tocó, como dice, atender tanta tragedia y estar tratando de resolver problemas de la gente cuando no había presupuesto ni un fondo de víctimas.
“Y teníamos que batallar con las autoridades y dependencias para que se hicieran responsables de los daños causados a tanta gente. Fue una muy buena labor pero también muy dolorosa. Y ahora comprendo que en cada uno de los lugares donde he estado, el quipo con el que trabajo casi siempre nos capacitamos, y particularmente en víctimas porque estás tan cerca del dolor que uno se bloquea y existe falta se sensibilidad, y no debe ser, constantemente estamos tratando de quitarnos la carga negativa para poder solucionar las cosas”.
Estuvo seis meses en la Oficina de Representación del Instituto Nacional de Migración, pero renunció al cargo porque tenía otras aspiraciones. También dos meses y medio en el Senado de la República como legisladora.
Con toda la experiencia en medios de comunión y representación popular tuvo la aspiración de ser gobernadora por Michoacán.