¡Piratas!Desde el 15 de mayo de 1683 los habitantes de la Vera Cruz observaron en el horizonte un par de embarcaciones que se dirigían a la costa, esto no causó extrañeza a nadie pues estaban acostumbrados a recibir regularmente embarcaciones en sus costas con todo tipo de mercancías.
Dos días después, la madrugada del lunes 17 de mayo, los buques ya estaban en la costa, de las embarcaciones bajaron algunos hombres para recorrer las calles de la ciudad.Pasada la media noche del 18 de mayo, mientras todos dormían, una armada de 800 hombres descendió de los barcos en silencio y con diligencia. Todos ellos dirigidos por el pirata Lorenzillo.
Los piratas se dividieron en grupos; uno entró por ambos baluartes, otros entraron por el costado principal del convento de San Francisco de Asís; otros tomaron como punto de partida el playón de Hornos; otras pequeñas guarniciones cruzaron los alrededores, saqueando y asesinando a cualquiera que intentase escapar. Los guardias del Baluarte opusieron muy poca resistencia debido a la falta de pólvora.
En la plaza de armas se llevó a cabo una pequeña resistencia, los veracruzanos pelearon valientemente tratando de someter a los piratas, pero todo fue inútil. Las calles estaban repletas de los cadáveres de los héroes que dieron su vida por salvar a sus familias y a su tierra sagrada. Los piratas encerraron en la parroquia a los veracruzanos sobrevivientes, las madres trataban de calmar el llanto de sus pequeños hijos que pedían un poco de agua o comida.
El calor dentro de la parroquia era infernal. Los pequeños fueron los primeros en morir, ahora eran las madres las que lloraban a gritos. Los piratas exigían que se les diera todo el oro y las joyas que tenían escondidos. Los días transcurrían y no los soltaban, de pronto, un día, entraron los piratas a la iglesia y violaron a todas las mujeres, sus esposos y padres no podían hacer nada más que cerrar los ojos y tapar los oídos.
Fue hasta el 29 de mayo de ese año cuando Lorenzillo y sus piratas abandonaron la ciudad dejando a el puerto de la Vera Cruz sumido en la desgracia y el dolor.
Fuente Historias de mi México