Por BORIS GONZÁLEZ CEJA*
Fernanda tiene una adicción al alcohol, comenzó como una forma de convivencia social, después lo usó como una descarga emocional; sin embargo, se ha convertido en su peor pesadilla. A pesar de que cada semana se promete a sí misma que “un día a la vez” dejará de tomar, su adicción siempre gana. Perdió su empleo, y está perdiendo a su familia, sin poder por sí sola, hacer algo al respecto.
Las adicciones pueden ser a las drogas, al dolor, a la comida, al dinero, al sexo, al trabajo, a robar, al internet, a las compras, y un largo etcétera. Siempre las adicciones son una suplencia, una sustitución inmediata que busca cumplir o integrar lo que falta, o remediar de manera placentera la carencia de ello. Por lo anterior, las adicciones siempre están ligadas al placer y al deseo, y su paradoja es que producen placer con dolor hasta convertir en indeseables a las personas y sus comportamientos.
Hay que saber que las adicciones no son por enfermedades cerebrales, y que casi siempre se encuentran relacionadas con decisiones que las personas no han tomado, o que tomaron mal y tienen resentimiento. Lo que sí es un hecho es que la adicción tiene una base psicológica muy fuerte, aunque las personas consuman “clonas” (Clonazepam) o medicina tradicional, saben que en el fondo algo quedará pendiente por resolver. Las adicciones son hereditarias que no genéticas, sobre todo cuando los aprendizajes y la enseñanza en la casa es terca.
También hay que saber que nos volvemos adictos por la publicidad y la música corriente que nos hace pensar en la solución fácil, inmediata y rápida: no es problema de los músicos, el problema es del pueblo ignorante y de quien no sepa tramitar eso.
Comenzar el año sin adicciones es complicado a nivel social pero posible a nivel individual, sobre todo en un país donde se imputó a 3 260 adolescentes (en el año 2021) por presuntos delitos de narcomenudeo: 90.2 % se debió a la presunta posesión simple de narcóticos (INEGI). Durante el mismo año, la principal droga por la que se imputó a las y los adolescentes fue la marihuana, seguido de la posesión y comercio de metanfetaminas. En 2022, ocho de cada 10 adolescentes en privación de la libertad o con medidas externas de sanción informaron que alguna vez en su vida consumieron algún tipo de droga: alcohol, tabaco y marihuana fueron las de mayor prevalencia.
El problema de las autoridades de justicia y de seguridad es que siguen criminalizando la adicción (que es una solución a otros problemas) y no se capacitan de manera profesional para orientar los consumos patológicos (y prefieren simular gastos millonarios sin resultados para la población). Con este ritmo no pasaremos de ser países tercermundistas que siguen dependiendo de la venta de drogas y armas en Estados Unidos, donde los muertos y los desaparecidos los ponemos nosotros. Muchos políticos en el país son adictos al dinero, economía que nunca les luce porque procede de manera ilícita de robo del erario o desvio de recursos.
Cuando un gobernante comience a decir que la inseguridad es por las drogas, esta mintiéndote y en realidad es un inventado: la inseguridad es por la incapacidad del gobierno y la corrupción de sus autoridades para brindar respuesta inmediata a los problemas delincuenciales, muchas veces ligados a familiares de funcionarios ligados entre ellos.
Y ya que hablamos de familia y adicciones, hay que decir que las familias sostienen muchas veces las conductas adictivas, que la forma de afrontar que tengamos un adicto en la familia pasa muchas veces por su reconocimiento y por la atención de las figuras de autoridad de la casa o de toda la familia (si, tenemos psicólogos especialistas en familia que pueden ayudar) y sí, salir de esto es posible: desgraciadamente muchas personas toman la decisión cuando están en la cárcel, en el hospital o en el cementerio.
Las adicciones son muy costosas; las personas gastan miles de pesos en alimentar su vicio, mientras que una cita de psicología es de bajo costo y con resultados muy positivos: aun así, algunas personas son necias con su placer inmediato.
Otros rompen sus relaciones amorosas por adicciones, y quieren comenzar con adicciones otra nueva relación. Otras comienzan el año 2024 con adicciones: lo único que están propiciando es otro fracazo anunciado.
Salir de la adicción es posible y no va a ser con lectura de cartas ni por suerte: es un acto profesional, simbolico, psicológico y que tiene muchas formas de resolverse que no sea con la muerte.
Causas y azares…
- La corrupción en el sistema de salud sigue vigente, con las mismas autoridades de hace años sólo que en otras posiciones, lamiéndose los bigotes de la ignoracia para operar servicios de salud que los gobernantes piensan (si lo hacen).
Hasta la próxima, que todo lo que nos sucede, incluso nuestras humillaciones, nuestras desgracias, nuestras vergüenzas, todo nos es dado como materia prima.
________________________________________
• Boris González Ceja. Es licenciado en Psicología y Maestro Educación y Docencia por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Experto en proyectos de salud mental para resultados y fortalecimiento de equipos de especialistas en psicología en temas de violaciones graves de derechos humanos. Consultor de organismos nacionales como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e internacionales como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ). Notoriedad por excelentes estudios de psicología, investigaciones para leyes y por resolver problemas acuciantes a nivel internacional desde la ciencia.
Para una orientación directa: