Por MARIO ENSÁSTIGA SANTIAGO*
El INE reporto datos preliminares de que el debate presidencial alcanzó más de 7.4 millones de reproducciones en Facebook, 536 mil vistas en la red social X con 344 mil 214 espectadores; en YouTube 823 mil visualizaciones en español; 9 mil 800 en maya; 15 mil 800 en náhuatl; 34 mil 700 en tsotsil y 164 mil 300 en Lengua de Señas Mexicanas; el corte a las 22:00 horas, el hashtag #DebateINE con 470 mil 982 posteos originales y reposteos; el hashtag #Elecciones2024MX 24 mil 406 menciones, mientras que el hashtag #ElINEestálist con 348 menciones.
La grandes expectativas fincadas en el primer debate de tres que sostendrán las y el aspirante a la presidencia de México se vieron totalmente diluidas frente a la extraordinaria complejidad, importancia y reprecusiones de toda naturaleza en el presente y futuro inmediato de México.
Una vez más queda el tradicional cuestionamiento e insatisfacción ciudadana de la realiazación de los debates políticos en nuestro país, principalmente por el formato empleado que materialmente limita e impide exponer con mínima amplitud y claridad las propuestas de gobierno, los ¿cómos? y a final de cuentas el no cumplimiento de los objetivos de un verdadero debate político que es el conocer las ideas, propuestas, experiencias, personalidades, capacidades, conocimiento de los grandes e ingentes problemas y soluciones del México de nuerstros días.
Más allá de algunas cuestiones importantes pero menores frente a la asusencia de un verdadero debate, como los problemas del reloj contabilizador de las participaciones, de las fallas del Wifi en la sala de los medios de comunicación, del manejo de las tomas de escena; de la aparente frialdad de Claudia, la sobre sonrisa y lenguaje de señas de Maynes,de los nervios y bandera de cabeza de Xochitl, es evidente que no tenemos y no sabemos organizar verdaderos debates políticos a la altura de las grandes transformaciones que estamos viviendo, necesitamos eventos políticos que entusiasmen, que abonen a la recuperación de la credibilidad ciudadana en la política y los políticos, y en la repercusión informada y razonada de las preferencias y tendencias electorales.
Sin embargo, hay que decir que pese a toda las deficiencias y limitaciones señaladas, por el bien y mejoramiento de nuestra cultura política, es mejor realizar estos jercicios que no hacerlos, por lo que es imprecindible hacer el esfuerzo por mejorarlos sustancialmente; el INE está severamente cuestionado y emplazado por el reclamo popular para diseñar un formato que supere las deficiencias para medianamente dejar satisfecha a la sociedad, ya que es imposible dejar al cien por ciento contentas a las audiencias, en consecuencia, el INE tiene la gran responsabilidad de “cranearle” a fondo para el diseño metodológico de los dos próximos debates y estar a la altura de tan importante e histórico momento y coyuntura política de México.
De igual forma tenemos que superar la ya clásica liturgia política de la declaración inmediata de todas las candidaturas y partidos políticos que ganaron el debate, a priori de un serio balance y análisis político de lo que sucedió, por lo que me parece que complicado decir que alguien gano el debate que en verdad no lo fue, en todo caso me parece más sensato tratar de identificar lo que cada candidata y candidato lograron y perdieron al final del día.
La llegada y predebate sin duda totalmente favorable a Claudia, ello sustancialmente contribuyo a su mejor desempeño e implementación de la estrategia para ratificar la confianza personal y en el imaginario colectivo de que es la mejor propuesta y de que será la próxima presidenta de México; Xochitl por su parte pierdlo la oportunidad de remotar el claro rezago de las preferencias electorales; Maynez gano el ahora ser más conocido a nivel nacional aunque vaya a incrementar las preferencias electorales y posibilidades de triunfo.
Será seguramente en la segunda quincena de abril cuando veamos el comportamiento de las encuestas y preferencias electorales, particularmente de aquellas empresas que gozan de prestigio por su seriedad y ética profesional, ya que desgraciadamente han surgido muchas encuestadoras que solo buscan confundir y desvirtuar la realidad político electoral que estamos viviendo.
El llamado posdebate que tanto gusta a los medios de comunicación debiera ser el espacio o espacios para ventilar con mayor tranquilidad y extensión las principales propuestas políticas de gobierno de los aspirantes a la presidencia de la república, de manera sustentada y comprobatoria, para que no sean simples declaraciones y promesas de campaña, generales y abstractas, cuestiones que materialmente es difícil hacerlo durante el debte en cadena nacional.
Los posdebates debieran servir para que el pueblo pueda revalorar o desenmascarar los verdaderos y objetivos de los proyectos de nación en contienda y la viabilidad política de las candidaturas que los representan. Mirando y pensando asi las cosas, para mi definitivamente “este arroz ya se cocio” a favor de Claudia Sheinbaum y el segundo piso de la 4t, sólo es cuestión de que transcurran las campañas y jornada electoral de manera civilizada, en paz y democráticamente, para ver si la Coalición Seguimos Haciendo Historia logra su segunda gran objetivo, además de ganar la presidencia de México, alcanzar la mayoría calificada en el Congreso de la Unión.
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* Mario Ensástiga Santiago. Es ingeniero por el IPN, además de realizar estudios en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y una maestría en Desarrollo Urbano. Ha militado en la izquierda durante 45 años. Fue secretario ejecutivo del Centro de Desarrollo Municipal (Cedemun) y asesor de diversos gobiernos municipales.