Por ELVIRA ZORRERO LARA*
La elección de la carrera universitaria se inicia en la infancia. Cada etapa de la vida tiene sus propios retos, y todos son importantes, porque marcan la base para lo que se vivirá en años posteriores. Constituyen una preparación para seguir creciendo.
Durante toda la vida hemos debido vencer distintos retos, los cuales, una vez superados, se vuelven parte de nuestra vida diaria. Tal es el caso de caminar: una vez que lo dominamos, es una acción que realizamos sin pensar, al igual que la lectura, las operaciones matemáticas, andar en bicicleta o manejar un automóvil. Para ello fuimos preparándonos. Por ejemplo, para usar la bicicleta, primero tuvimos llantitas de apoyo.
En la adolescencia, uno de los mayores retos para los jóvenes es la elección de carrera. Para algunos, ese momento es motivo de estrés, angustia e inseguridad. Y más tarde, quienes decidan cambiar de carrera enfrentarán alteraciones emocionales.
Si para tantos otros retos nos preparamos ¿por qué no hacerlo también para algo que tendrá un impacto mayúsculo en la vida de cualquier persona?
Hay varias acciones que pue-den tomarse para facilitar la elección de carrera: el primero, el más importante pero más complejo —porque debe trabajarse desde la infancia— es el autoconocimiento. Este implica exponer a los niños, desde los primeros años escolares, a diferentes actividades para que de manera natural identifiquen las que se les facilitan y las que no. Así, años adelante, serán capaces de reconocer sus fortalezas y aptitudes, conocer las actividades que se les facilitan e identificar aquellas que disfruta.
Por otra parte, es importante que tanto el futuro universitario como sus padres y su círculo cercano no lo comparen con nadie más, porque esto puede afectar su autoestima y provocar mayor confusión.
También es fundamental el conocimiento de cada carrera, el tipo de materias que se imparten en ellas, así como las áreas de desempeño laboral. Es importante eliminar los estereotipos. Y, si es posible, sería invaluable asistir como oyente a una o más clases del área en la que está interesado. Hay que tener en cuenta que, si se desea estudiar algo muy es-pecializado, hoy es posible tomar cursos y diplomados que amplíen el conocimiento sobre la carrera.
Otra acción que ayuda a los futuros universitarios en la toma de decisiones es la reflexión sobre su vida, en momentos de descanso, que les permita diseñar un programa de desarrollo profesional, un plan en el que consideren las competencias que requieran dominar, como hablar otro idioma o estudiar un posgrado, lo que en el futuro les dará mejores oportunidades.
Todas estas acciones pueden acompañarse de una evaluación psicométrica que brinde al joven una perspectiva más completa, que le dé seguridad y un mejor panorama sobre la carrera que quiere estudiar.
Al tomar estas acciones, los jóvenes no solo estarán eligiendo carrera de una manera más estructurada, sino que aprenderán a tomar decisiones. Y esa habilidad, sin duda, les ayudará por el resto de su vida.
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* Elvira Zorrero Lara. Tiene el grado de Maestría y es académica en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).