Por MARIO ENSÁSTIGA SANTIAGO*
Por varias razones, pero principalmente por la importante y masiva presencia de la juventud y lamentablemente la ausencia de la vieja guardia de la izquierda social y política mexicana en la conformación y militancia de Morena, entiendo las causas de los razonamientos de quienes con frecuencia descalifican a personas que aspiran a un cargo de dirigencia partidaria o de representación popular, por el sólo hecho de no ser fundadores y fundadoras de tan importante proceso político, por otra parte, como si los que por acierto, intuición, compromiso o simplemente por el azar se colocaron en la ruta del cambio verdadero y la transformación histórica del país, de facto contarán con los mejores perfiles, experiencias sociales, políticas, técnicas y simpatías populares para acceder legaly legítimamente al poder político.
Al respecto de lo anterior me parece importante recordar lo que el mismos Andrés Manuel López Obrador menciono en sus discursos del cierre de campaña del 27 de junio del 2018 en el Estadio Azteca de la CDMX y de la toma de protesta como Presidente de México el primero de diciembre del 2018 en la Cámara de Diputados; palabras más, palabras menos, señaló con toda claridad que la cosecha de la 4t es la siembra de muchas décadas de luchas, movimientos y destacados liderazgos del pueblo de México.
Es obvio que las nomenclaturas políticas de cada una de las etapas de las luchas populares por la transformación de México, han sido muy distintas, pero que los motivos de fondo y objetivos han sido los mismos; gran cantidad de luchas que han sido abordadas por múltiples investigaciones y publicaciones, y que por lo demás no es la intención de esta colaboración, ya que sólo tiene el objetivo de insistir que la 4t es un “Continuum histórico” de la larga marcha de la lucha del pueblo por demás sacrificada y permanente por alcanzar la democracia el bienestar y la felicidad.
Es a partir del Congreso Constituyente de 1917 en la Ciudad de Querétaro, Querétaro, que constituyo uno de los momentos más importantes en la compleja y extraordinaria historia nacional, el gran ideal fue terminar con el largo periodo de luchas armadas nacionales, regionales y locales, e iniciar la construcción de la vida institucional y pacífica de nuestro Estado-Nación en los inicios del siglo XX.
Por consecuencia y secuela histórica se podría afirmar que se iniciaba a partir de 1917 lo que hoy conocemos como la Cuarta Transformación de República, no intentaré inútilmente en hacer el basto recuento de las luchas del pueblo de México de 1917 hasta nuestros días; así que sólo intentaré mencionar de manera general aquellos acontecimientos que marcaron momentos y periodos que definieron el avance o retroceso de la transición política de México.
De 1917 a 1968, es decir del Congreso Constituyente al movimiento estudiantil popular del 2 de octubre que culminó con la masacre de la Plaza de las 3 Culturas de Tlatelolco, periodo de prácticamente de medio siglo que se caracterizó por la incapacidad de los gobiernos postrevolucionarios para dar respuesta satisfactoria a las demandas populares que vieron paulatinamente desvanecer los frutos esperados de la Revolución campesina de 1910-1917, el caso excepcional del gobierno del General Lázaro Cárdenas (1934-1940) que hizo el mejor de los esfuerzos por cumplir las promesas de nuestra Carta Magna en relación a la educación, el reparto de tierras a los campesinos, mejores condiciones a la clase obrera y la expropiación petrolera como el rescate de nuestros recursos naturales.
En lo general durante ese periodo se registraron un importante número de luchas inquilinarias, huelgas textileras, mineras, de mujeres, ferrocarrileras, de maestros, de médicos, enfermeras, campesinas, universitarias y el surgimiento de la guerrilla (1965 en Madera, Chihuahua), acciones populares en búsqueda de mejores condiciones de vida, obteniendo como respuesta a las demandas populares la represión del Estado Mexicano en sus diferentes formas.
De 1968 a 1988, producto de la crisis del capitalismo y empeoramiento de las condiciones de vida de la mayoría de las familias mexicanas, a finales de la década de 60´s y principios de los 70´s el movimiento popular manifestó un importante ascenso en la manifestación y organización sectorial y gremial de las inconformidades sociales, económicas y políticas; en este periodo destacamos el surgimientos de las guerrillas rurales en Guerrero de Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas, la guerrilla urbana en varias ciudades del país por la Liga 23 de septiembre, la brutal represión al movimiento estudiantil del 10 de junio de 1971 conocida como “El Halconazo”.
Durante el inicio de la década de los 70´s se crearon organizaciones y partidos políticos clandestinos, organizaciones sectoriales sociales de masas y las coordinadoras sectoriales promovidas por las izquierdas revolucionarias, como la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), la Coordinadora Nacional del Movimiento Urbano Popular (CONAMUP), otros importantes esfuerzos de organizaciones obreras, estudiantiles, de mujeres, campesinas e indígenas que no alcanzaron el nivel de las Coordinadoras Nacionales antes mencionadas.
A partir de 1976 surge la modalidad del impulso de los Frentes de varias organizaciones sociales y políticas, en torno a la lucha de búsqueda de los desaparecidos y presos políticos, lucha encabezada por la Sra. Rosario Ibarra de Piedra con la creación del Frente Nacional Contra la Represión (FNCR), el Frente Nacional por la Defensa del Salario, contra la Austeridad y la Carestía de la Vida (FENDESCAC) y el Comité Nacional de Defensa de la Economía Popular (CNDEP), organizaciones frentistas que impulsaron campañas y jornadas de lucha popular como los Paros Cívicos Nacionales de 1983 y 1984.
Producto de la organización y presión de las organizaciones populares y políticas, obligó prácticamente al Estado Mexicano a impulsar la Reforma Político Electoral de 1977 que posibilito la participación de organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda en los procesos electorales constitucionales de los 3 órdenes de gobierno (municipal, estatal y federal).
De ahí en adelante los triunfos en 1981 de la Coalición Obrera, Campesina y Estudiantil del Istmo de Oaxaca (COCEI) en alianza político electoral con el Partido Comunista Mexicano (PCM) que ganan la presidencia municipal de Juchitán, Oaxaca y en 1987 el PSUM gana la presidencia municipal de Alcozauca, Guerrero, por otra parte el Estado Mexicano se vio obligado a buscar otros mecanismos de control y represión de los movimientos sociales y partidarios de oposición digamos “menos salvajes” pero igualmente inaceptables.
De 1988 al 2018las luchas populares por ser más contemporáneas de alguna manera se conocen más, sin dejar de reconocer que la lucha se extendió a otros sectores y grupos de la sociedad, como los de la diversidad sexual, religiosa, racial, migrantes, pueblos originarios, derechos de las niñas y niños etc.
Sirva mencionar el surgimiento la conformación del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) y luego la fusión de varias organizaciones partidaria de izquierda en el Partido Mexicano Socialista (PMS), en 1988 la creación del Frente Democrático Nacional (FDN) y la candidatura del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia de la República y el descarado Fraude Electoral que llevo a Salinas de Gortari a ser presidente de México, ejemplar lucha del pueblo de México en contra del fraude electoral que arrojo la muerte de más 600 mexicanos y mexicanas que deseaban el cambio democrático, 450 de ellas fueron de Michoacán; en ese contexto nació en 1989 el Partido de la Revolución Mexicana (PRD); otras importantes luchas se verificaron, en 1991 “El Éxodo por la Democracia”, marcha de Tabasco a la CDMX encabezada por AMLO y “La Marcha por la Dignidad” dirigida por el Dr. Salvador Nava ambas en protesta por los fraudes electorales por las gubernaturas de los estados de Tabasco y San Luis Potosí.
Otras luchas dignas de mencionar fueron el levantamiento del Ejercito Zapatista en Chiapas en 1994, la llegada del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en 1997 a la jefatura del gobierno del D.F. y en el 200 Andrés Manuel López Obrador se convierte en el Jefe de Gobierno del D.F. De modo que hay que tener claro que la lucha de la 4t viene de lejos y seguirá, porque como lo dijo Carlos Marx, “La Historia de la Humanidad, es la historia de la lucha de clases, antes decíamos entre Obreros y Burgueses, ahora entre transformadores humanistas y neoliberales.
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* Mario Ensástiga Santiago. Es ingeniero por el IPN, además de realizar estudios en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y una maestría en Desarrollo Urbano. Ha militado en la izquierda durante 45 años. Fue secretario ejecutivo del Centro de Desarrollo Municipal (Cedemun) y asesor de diversos gobiernos municipales.