En Veracruz Duarte mata periodistas a balazos,
en Michoacán nos quieren matar de inanición…
La lógica fue rebasada y lo que se antojaba como una puntada, una ocurrencia graciosa, se convirtió en una grotesca agresión, no bastó depositar el gobierno del estado, por lo que trabajaron militantes y malandrines en manos extrañas y hasta opositoras, ahora les dan el control de los sectores del partidazo.
Muchas y muy variadas fueron las críticas hacia Enrique Peña Nieto que no pisaba territorio michoacano, que no ayudaba al gobierno estatal, que había abandonado a su suerte a la entidad que tantos votos le arrimo para que ganara la presidencia.
Peña Nieto llegó, pero no vino solo, trajo un aparato que los próximos minutos de su arribo se instaló y comenzó a zapar, indagar, averiguar, escudriñar, documentar, un dispositivo de escucha permanente, de recopilación de imágenes, audios y videos de los actores políticos y sociales del estado.
Para definir su postura en cuanto al rumbo qué debería tomar Michoacán, nombró un coordinador, su presencia permanente aquí, el marco jurídico federal, el estatal y municipal no contemplan las atribuciones y responsabilidad de la figura encarnada en Alfredo Castillo Cervantes.
El trabajo de Castillo no ha sido fácil, una estructura gubernamental plagada de criminales aficionados y profesionales, redes de corrupción inacabables la presencia indeleble del crimen organizado en la vida política, empresarial, religiosa, periodística y social de Michoacán.
Sin saber en quién confiar, el comisionado se rodeó de gente cercana a él, armó su equipo con gente de fuera, no integró en su primer círculo a gente local, todos de fuera, preferentemente del Estado de México, y comenzó la limpia, poco a poco fueron saliendo nombres y datos y la cascada de renuncias no se hizo esperar.
Luego vino lo inevitable, no obstante postergar y estirar lo más posible su salida, Fausto Vallejo Figueroa dejó la gubernatura, renunció, su otrora hombre fuerte y soporte preso, enfrentando un proceso penal en contra y una puja insospechada de priistas que buscaron la gubernatura aún con la bendición del otro bando, según se supo después.
La nominación de Salvador Jara Guerrero se le atribuye a Asención Orihuela Bárcenas, senador priista y serio aspirante a la candidatura en el 2015, como muchos otros nombramientos que a la mejor sí propuesto él o le adjudican o él mismo se adjudica, pues dice, es íntimo de Peña.
Entonces, la operación limpieza ha continuado bajo estándares draconianos, pues se han detectado fugas y malos manejos del presupuesto en bastantes giros y rubros de la administración estatal, se suspendieron pagos a proveedores y no dilata en estallar un conflicto social de magnitudes insospechadas que no se va a mitigar con el uso de la policía federal ni del Ejército Mexicano, como han aplacado algunos brotes.
Peña Nieto es un presidente emanado del PRI, Fausto Vallejo y Jesús Reyna han sido militantes de años del tricolor, el gobernador actual de Michoacán que se sepa, es simpatizante del PRD, en las redes sociales pululan cientos de imágenes donde se retrata a Jara Guerrero con grandes personajes de esa fuerza política.
Si se sigue la lógica impuesta por Castillo Cervantes, era necesario romper inercias, de ahí la necesidad de importar operadores y traer gente de fuera, sin embargo, de eso a agredir al partido y a su militancia hay un abismo de diferencia, afiliar el lunes y entregarle el jueves la presidencia de la Fundación Colosio a Rosa María de la Torre Torres, es una afrenta al partido y los partidarios.
La intención es por demás clara: asegurarle como cabeza de sector una diputación plurinominal local. Lo que no hizo en el proceso su partido, el PRD, se lo va a dar ahora el PRI, esto, claro está, pasando por encima de derechos y antigüedad del priismo michoacano que ni siquiera alza la voz o mete las manos, a la mejor temen les saquen en las redes sociales sus videos prohibidos.
Ahora, si el sistema que representa el presidente Peña ha decidido meter las manos en Michoacán y ensuciarse, invertir tiempo y dinero, no se puede creer que en el 2015 vayan a endosar el gobierno estatal a una fuerza política ajena a la suya, va de por medio su prestigio y de toda la administración federal, entonces, llegaron para quedarse.
¿Qué puede tener Cocoa Calderón o Vega Casiilas, si acaso Fidelito o Silvano que puedan ofrecer a cambio de la gubernatura? ¿Buenas intenciones? ¿Trabajar arduamente? No, nada de eso, no se puede ser tan ingenuo para creer que por un pacto en lo oscurito les van a ceder el estado.
A nuestra bandeja de correo llegó una denuncia de los vecinos de un fraccionamiento ubicado al sur de la capital michoacana, los cuales se quejan de la actitud prepotente, soberbia y altanera de un tal José Manuel Alcalá Barragán, quien todavía no vive entre ellos y ya genera controversia y agresiones.
Nos cuentan que desde que comenzó a construir comenzaron los problemas, pues comenzaron a bloquear los garajes de los vecinos al predio marcado con el número 118 de Prados de la Huerta, carros de material y de albañiles.
Luego, entre viernes y sábado es una pachanga en la construcción, hasta damas llevan y salen alcoholizados y orinando en jardines y camellones, los vigilantes del fraccionamiento les ha reconvenido, pero José Manuel Alcalá Barragán los ha amenazado, pues es, dice, muy influyente.
Y ha de ser, pues desde que arrancó la obra no hay licencia de construcción que justifique la misma, no paga mantenimiento y trata a la gente con la punta del pie, de hecho, ya está agendado el tema en la próxima asamblea de condóminos y seguro lea van a aplicar la ley de condóminos vigente.
¿No será este imbécil pariente de Los Huanicas, Salvadorcito y Adancito? Se apellidan igual…
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