La Página
Por JUAN ANDRÉS NÚÑEZ LÓPEZ
Sinopsis: El reportero de Kazajistán, Borat Sagdiyev, viaja a los Estados Unidos de América para realizar un documental. En su travesía por el país, Borat conoce personas reales en situaciones reales con resultados histéricos. Su comportamiento incorrecto genera fuertes reacciones a su alrededor, exponiendo prejuicios e hipocresía en la cultura estadounidense.
Borat es un personaje creado por el actor Sacha Baron Cohen, y al mismo tiempo comparte el nombre con su propia película, cuyo título completo en español es más o menos: Borat: lecciones culturales de Estados Unidos para beneficio de la gloriosa nación de Kazajistán; es una película de comedia que también se puede considerar del género “falso documental”, estrenada en el año 2006.
Cuando fue lanzada, se convirtió rápidamente en una sensación, principalmente entre el público de Estados Unidos. Provocó reacciones diversas, pero general aceptación al tratarse de una (muy irreverente) comedia.
Han pasado catorce años, recientemente, se filtraron rumores acerca de la filmación de Borat 2. Pocos días después fue confirmado el hecho de que se estaban realizando filmaciones, y ayer, primero de octubre del 2020, fue revelado el trailer de la soñada secuela. Borat 2. Una película que nadie esperaba pero todos imaginaban y que a muchos nos dejó bastante sorprendidos. Así que decidí que era una buena oportunidad para recomendar esta película tan polémica.
La premisa de la historia es bastante simple. Borat Sagdiyev (Sacha Baron Cohen) es reportero de un programa televisivo de su país natal, Kazajistán. Después de una breve introducción, y de un paseo por el pequeño pueblo en el que habita, Borat, acompañado del productor Azamat Bagatov (Ken Davitian), viaja a los Estados Unidos de América, recolectando información para realizar un documental, con el propósito de que este ayude al avance en general de Kazajistán. A su llegada a los Estados Unidos, Borat se enamora profundamente de Pamela Anderson, después de verla en la televisión, por lo que decide viajar desde Nueva York hasta California para conocerla.
Durante su aventura, Borat realiza entrevistas y tiene encuentros con distintos grupos de personas. Como políticos y feministas, por mencionar algunos ejemplos, pero principalmente con gente común. El pensamiento y comportamiento incorrecto y retrógrada de Borat, ocasiona que estos encuentros siempre terminen mal.
Borat, si bien es una comedia irreverente, con humor negro y adulto, que a decir verdad, podría no ser del agrado de muchas personas; también cuenta con algunas peculiaridades que hacen que valga la pena darle una oportunidad. En primer lugar, podemos mencionar el excelente trabajo que realiza Sacha Baron Cohen al interpretar el papel de Borat. Lo interesante aquí es que Sacha nunca salió de personaje… En algunos otros documentales falsos, el actor que interpreta al personaje principal sale de personaje cada que hay cortes en la filmación. Este no es el caso de Sacha Baron Cohen, y de Ken Davitian. Los actores, se mantuvieron firmes en sus papeles de los raros Borat y Azamat, en todo momento, dentro o fuera de la filmación. De esta manera, el filme consigue un efecto mucho más convincente al respecto de su protagonista al encontrarse con otras personas, pues estas, dentro y fuera de la entrevista, estaban tratando con el mismo Borat en todo momento; y no con Borat durante la filmación, pero con Sacha fuera de ella. Al mismo tiempo, esto logra involucrar al mismo camarógrafo, dado que la gente con la que interactúan están convencidos de que se trata de un documental genuino, así, convirtiendo al camarógrafo no sólo en el camarógrafo, sino en un personaje más. Esta es una aplicación de actuación bastante genial, que requiere un tipo de dedicación un poco diferente al que normalmente vemos en otros actores. Sacha es el maestro en esto, y es el mismo método que aplica en su otra película, Bruno, y que según lo que se ha revelado hasta ahora, es llevado más allá en Borat 2.
Con otras palabras, las personas que participaron en esta película estaban bajo la impresión de que Borat era una persona real y que se estaba filmando un documental real. El actor Sacha Baron Cohen engañó a las víctimas de las bromas utilizando su gran capacidad de improvisación. Así, logra conseguir declaraciones muy incómodas y en ocasiones incorrectas; logra persuadir a estas personas a decir cosas que de otra manera no hubieran dicho delante de una cámara, ya sean declaraciones racistas, xenófobas o misóginas. Cabe mencionar que casi todas las personas que aparecen como víctimas en esta película, demandaron a la casa productora.
Por otro lado, tenemos el humor de la película. Aquí pasan algunas cosas interesantes, pues pareciera que se trata de una película diferente, dependiendo de cada espectador. La película maneja dos principales tipos de humor. Uno de ellos es más evidente y obvio, mientras que el otro es más sutil. En la superficie, muchos espectadores podrían tener la impresión de que la película es muy racista y retrógrada; pero en realidad, a pesar de ser muy tonta, la película es al mismo tiempo más inteligente que eso. Es interesante notar que, al observar con detenimiento, el filme se burla del racismo. Esto provoca un efecto de ironía y de sátira.
Aún así, no es absolutamente necesario que el espectador entienda toda la sátira y la crítica social, política y a estereotipos que se presenta en la película, para poder disfrutarla. Si a la misma le quitamos este aspecto por completo, es decir, el “humor inteligente”, aún nos queda una película graciosa del estilo de Jackass o Bad Grandpa, con humor tonto e irreverente, que utiliza reacciones de la gente captadas en el momento en el que se lleva a cabo cada broma. Si toda la película dependiera únicamente de este humor, nos seguimos encontrando con una comedia “decente”, aunque es innegable que algunas de las bromas se sienten un poco anticuadas, o simplemente no dan tanta risa como hace catorce años. También algunas escenas son evidentemente planeadas, como el acercamiento de un oso real a unos niños pequeños.
Como mencioné antes, Borat cumple para cada espectador. Algunos espectadores la disfrutan por ser una comedia tonta con bromas chistosas, en las que Borat hace enojar, o pone incómodo a sus víctimas. Para otros espectadores la pueden disfrutar por su sutil comentario social y político, así como por su humor (en ocasiones) inteligente. Al final, todos ganan.
Director: Larry Charles.
Géneros: Comedia, documental falso.
Clasificación: C. Lenguaje adulto, humor negro, contenido sexual.
Duración: 84 mins.
Países: Estados Unidos.
Idiomas: Inglés, hebreo, rumano, polaco, armenio.
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*Juan Andrés Núñez López. Es un estudiante Nicolaita. Desde muy joven ha tenido interés en el cine, la tecnología y los videojuegos. Actualmente estudia Ingeniería en Computación y hace crítica aficionada de cine, con el objetivo de observar, aprender y recomendar.