La Página
Por Víctor Armando López.
Morelia, Michoacán.-Para poder erradicar problemas de Bullying y de violencia sexual y física en las escuelas de educación básica de Michoacán, desarrollar una cultura de la prevención es prioritario, ya que al estudiante hay que garantizarle respeto a su vida, dignidad e integridad física y moral, dijo Arnulfo Sandoval Cervantes.
El presidente del Consejo Preventivo de Violencia Escolar en el Estado de Michoacán (COPREVEEM), mismo que fue creado hace un año, destacó que precisamente para anticiparse al registro de este tipo de situaciones han elaborado un protocolo, mismo que pretende ser difundido en todas las escuelas en las que están inscritos estudiantes de educación básica.
Sandoval Cervantes explicó que este protocolo es una herramienta de actuación tanto en la prevención como en la atención y solución de actos de violencia escolar, además de que contiene estrategias, procedimientos y acciones.
Lo anterior en el marco de la celebración de la sesión ordinaria del Consejo Preventivo de la Violencia Escolar en Michoacán, en el cual participan tanto autoridades educativas, como de los sectores infantiles, de mujeres, de seguridad y de derechos humanos, entre otros.
De acuerdo con Arnulfo Sandoval este protocolo es punta de lanza en el país, pues Michoacán sería la primera entidad en implementar una herramienta de este tipo, de ahí que durante el 2014 se tiene como meta distribuirlo en las escuelas, pero también capacitar a los profesores, educandos y sumar a los padres de familia. Además de que asociaciones civiles ya apoyan en bajar esta información.
El presidente del Consejo detalló que son tres las modalidades de prevención:
1) Primaria: Aquella enfocada a evitar la aparición de conductas antisociales o violentas, sensibilización sobre la violencia, sus causas y sus efectos perniciosos en los sujetos y en la sociedad.
2) Secundaria: Destinada a personas y grupos en donde se detecta el riesgo de convertirse en receptores o generadores de la violencia.
3) Terciaria: Centrada en las personas que han sido receptores o generadores de la violencia, enfocándose en acciones para prevenir la reincidencia, en el caso de los generadores y la reproducción en el caso de los receptores.