Por ELVIRA FERNÁNDEZ*
Los cambios de casa siempre son parte de un cierre de ciclos, y si tenemos una familia con niños pequeños siempre será importante tomar en cuenta que estos cambios también pueden afectarlos emocionalmente.
Estos momentos siempre son de reestructura familiar, ya sea porque tenemos que mudarnos por cuestiones de trabajo, porque hemos cambiado nuestro estatus matrimonial, o simplemente para cambiar de aires, como quiera que sea debemos verlo como una mejora en el estilo de vida y de ambiente.
Pero si vemos desde la perspectiva infantil, nuestros hijos han establecido rutinas que implican un conocimiento espacial de su entorno. Los niños suelen familiarizarse son su habitación, los lugares destinados a sus juguetes, las áreas de juegos dentro y fuera de la casa o las rutas de camino a la escuela.
Y que decir si han disfrutado por un largo tiempo de la compañía de amigos de estudios y de juegos. Siempre la separación suele ser un tanto dolorosa al enfrentar una pérdida que involucra sus lazos afectivos. Trae a la vez incertidumbre y dudas de poder encontrar buenos y nuevos amigos.
Es por ello que los psicólogos aconsejan que a partir de los tres años es necesario hacer partícipes a los niños del cambio de casa, de una manera natural. Podemos llevarlos con nosotros y mostrarles su nuevo hogar, su habitación, los parques o jardines donde podrán jugar y hacer nuevos amigos.
El hablar de una manera positiva es muy importante para amortiguar el sobresalto emocional que pueda haber, si teme perder a sus amigos, ayúdalo a no perder la comunicación con sus viejos amigos y motívalo a hacer nuevas amistades.
Si tuvieran que afrontar una reestructura familiar o una separación es trascendente hacerlos sentir que su casa no se divide, sino que se amplían los espacios donde puede convivir con sus padres. Que tendrá la oportunidad de crear con cada uno un ambiente sano y libre de conflictos, porque el amor de ambos hacia él, nunca cambiará.
Si el cambio es a otro estado o país, ayúdalo a motivar su curiosidad enséñale a reconocer los nuevos espacios por medio de fotos, mapas o recorridos interactivos con el fin de irse familiarizando con los lugares que formarán parte de su vida.
Es importante responder a todas las inquietudes que el cambio representa, recuerda que en gran medida lo ayudará a tener una transición más suave y le ayudarás a salir más rápidamente del duelo que representa separarse de sus amigos y del lugar que conocía.
Intégralo al cambio, proporciónale sus cajas para que empaque lo quiera llevar a su nuevo hogar, si ya sabe escribir pídele que las rotule. Al llegar a la nueva casa ayúdalo a que se sienta cómodo, permítele que el mismo decore su nuevo espacio, ayúdalo a instalarse lo más pronto posible.
A veces los mejores momentos para hacer una mudanza son los periodos de vacacionales, o un fin de semana largo. Una vez que se realice la mudanza, trata de mantener las rutinas de siempre y los pasatiempos que hacían antes, esto ayudará a una adaptación más rápida sin tantos estragos emocionales.
Aquí te dejamos un par de enlaces que te ayudarán con los más pequeños a explicarles sobre lo que es un cambio de casa:
La mudanza
Había una vez una gata / Luis Pesccetti
- Elvira Fernández. Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Ha trabajado en producción televisiva, ha colaborado como reportera, columnista y articulista para La Revista de El Universal, Milenio Diario. Ha sido coordinadora de comunicación en la Editorial Miguel Ángel Porrúa. Se desempeñó como articulista y editora para Nichos Sociales, en el portal Corazón de Mamás.