La Página
Por VÍCTOR ARMANDO LÓPEZ
Morelia, Michoacán.-Tensión al momento de ver acercarse la aguja hacia el brazo izquierdo, no miedo, sino una fobia hacia esos instrumentos médicos desde la infancia. El valor es lo de menos cuando la necesidad y la realidad financiera nos rebasa. Por eso Álvaro García Pineda estaba ahí, a punto de recibir la vacuna experimental del Coronavirus, la china, la hecha por CanSino Biologics.
Por casualidad el michoacano por adopción (desde hace 35 años) y periodista de profesión, se enteró de que había un enlace de la vacuna Covid en la capital, por lo que al terminar una conferencia de prensa se acercó para conocerlo y entrevistarlo.
Inició la plática entre Álvaro García y el doctor Antonio Chávez, quien al terminar invitó a su interlocutor a ser parte de la aplicación de la vacuna experimental, mismo que de inmediato aceptó, pues para él no había mucho que pensar, pues era más viable contar con esa aplicación y un tratamiento asegurado, que contagiarse de Covid-19 y andar buscando “clemencia” y teniendo incertidumbre en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
“Tengo 63 años y la experiencia me señala que en el IMSS nunca sabes si tienen medicamentos, equipo, o cómo te va a ir. Es poner tu vida en la bandeja de la incertidumbre. Por ejemplo, durante meses estuve cazando la llegada de la vacuna de la influenza, y nunca pude ponérmela”, puntualiza.
Para ser parte de este grupo experimental, primero se les brindó a los inscritos una plática detallada sobre la vacuna china, basándose en que su aplicación ya era la última etapa de la investigación, es decir: La prueba, la cual también significa una esperanza de vida en medio de una pandemia. Y la charla también sirvió de filtro para quienes confirmaran y para los que “se rajaran”.
Llegó el 14 de diciembre del año recién concluido. Álvaro llegó al medio día al Hospital Ángeles en Morelia dispuesto a ponerse la vacuna indicada para prevenir el coronavirus, causado por el virus SARS-CoV-2. Hizo fila, con su respetiva sana distancia. Al llegar su turno lo atendió el doctor Jorge Alejandro Vázquez, quien le aplicó los exámenes médicos correspondientes y un test.
Luego de ello, vendría la firma de un contrato, en el cual se establecían las reglas de ambas partes, como la atención médica que se recibiría y los cuidados que el paciente debiese tener. Después de que Álvaro García plasmó “la poderosa”, vendría la aplicación de la dosis, misma que millones de personas actualmente esperan en todo el mundo, con ansia, desesperación y fe.
Una vez que superó la fobia hacia la aguja, salió a una sala de espera, en la que el doctor le recomendó permanecer de 30 a 45 minutos para estar al pendiente de cualquier reacción. Álvaro tenía cosas que hacer por la tarde. Sintió un ligero mareo, pero al pensar cómo resolver sus pendientes de trabajo, se le fue pasando.
Salió del hospital. Al caminar por las calles se tocaba el brazo izquierdo por curiosidad, pues no había dolor…nada. Y él era ya una de las personas con las que se estaría experimentando en México lo factible de la vacuna Cansino.
A cada paso, Álvaro García Pineda recordaba las indicaciones médicas: Nada de bebidas alcohólicas durante tres días; no tomar ningún medicamento si antes no se les consulta a ellos.
“Haga su vida normal señor Álvaro, sí sale la vacuna en los próximos meses no se la ponga, pues de hacerlo se cancela nuestro contrato”, externo el médico.
Hay que recordar que actualmente en México se han registrado 167 mil 760 muertes por Covid-19, de las cuales 3 mil 607 corresponden a Michoacán, siendo los municipios con mayores índices de contagio: Morelia, Lázaro Cárdenas, Uruapan, Pátzcuaro, La Piedad y Zitácuaro, en ese orden.
A García Pineda le entregaron una tarjeta con número de paciente, que también tiene un teléfono de emergencia. Además de que el médico que le aplicó la vacuna le dio su número personal de celular. Haciéndole hincapié que si tenía cualquier escurrimiento nasal o temperatura, se reportara de inmediato.
Cada semana, desde el citado 14 de febrero de 2020 a la fecha, le mandan un mensaje vía WhatsApp para conocer su estado de salud, y por mes recibe una llamada telefónica con el mismo fin, pues es la forma en que los responsables de la aplicación de la vacuna para prevenir el Coronavirus tienen un registro fiel de reacciones de sus pacientes.
En caso de que tuviera algún síntoma extraño, así lo decía el contrato, una ambulancia pasaría por Álvaro García a su domicilio, para llevarlo de inmediato al Hospital Ángeles en Morelia, donde no tendría que investigar si hay camas, pues ya tiene garantizada una, así como la atención necesaria en este lugar sin costo alguno. Sin olvidar que cuando ya esté disponible la segunda dosis, también la tiene asegurada.
Álvaro experimentó la muerte de dos de sus cuñados a causa de esta pandemia. En algún momento platicó esta experiencia de la vacuna con sus familiares, quienes además de mostrarse sorprendidos por el valor que tuvo, también señalaron que ellos ni de broma se prestarían “a ser parte de un experimento”.
El periodista de profesión mantiene su vida de manera normal, y no porque haya recibido la vacuna ha dejado de protegerse con mascarillas, tapabocas, higiene constante en manos y uso de gel antibacterial. Además de que no acude a sitios con mucha gente.
“Si bien la vacuna ya la tengo, también es cierto que estoy en el momento experimental. Es mi responsabilidad cuidarme, pero también lo es proteger a los demás. Tenemos que generar conciencia del momento que vivimos, para después poderlo contar”, concluye.
Qué es la vacuna de Cansino y dónde se aplicó en su fase experimental
De acuerdo con información oficial sobre esta vacuna china: El compuesto Ad5-nCoV, desarrollado por el Instituto de Biotecnología de Beijing y CanSino Biologics, es un tipo de vacuna de vectores recombinantes. En específico, la primera vacuna china contra el coronavirus utiliza como base un virus del resfriado común debilitado. Este virus, es un adenovirus tipo 5 que infecta las células humanas con facilidad.
Sin embargo, este virus es incapaz de causar enfermedades. Por lo tanto, la forma en que actúa esta vacuna es entregando material genético de Covid-19 a células del cuerpo. A continuación, nuestras células reconocerán este material genético del coronavirus. Finalmente, nuestro sistema inmune generará anticuerpos para reconocer y atacar el coronavirus.
En México su estudio comenzó la primera semana de noviembre de 2020 en Guerrero y Oaxaca. Los estudios se realizaron a 15 mil voluntarios mayores de 18 años, en centros de salud de 12 estados del país. De forma similar, la segunda semana de noviembre se iniciaron ensayos clínicos en Aguascalientes, Ciudad de México, Chihuahua, Michoacán y Nuevo León. En caso de obtener resultados positivos, el gobierno de México completará una compra definitiva de 35 millones de dosis.
