“Desaparecidos, transgresión a la humanidad y al entorno”
La Duda
Por Víctor Armando López.
“Que alguien me diga si ha visto a mi hijo. Es estudiante de Pre Medicina.
Se llama Agustín. Es un buen muchacho. A veces es terco cuando opina.
Lo han detenido. No sé qué fuerza. Pantalón blanco, camisa a rayas. Pasó anteayer…”
Rubén Bladés.
Sólo en Michoacán, sólo en México se puede intentar defender lo indefendible. Y es que aún no se conecta el sentido común con las acciones y menos con la lengua; peor aun cuando un tema sensible lo quieren hacer suyo los partidos políticos, y los propios medios de comunicación buscan que desde éstos opinen quienes menos saben. Quienes menos piensan. Quienes menos sienten.
Hablar de normalistas es un tema que se vuelve muy delicado, puesto que la lucha social que durante años participaron se fue transformando en vandalismo, pero ellos no lo ven así. Sin embargo, los hechos hablan por sí solos, sino pregúntele a la sociedad guerrerense, michoacana y oaxaqueña.
Para el caso de Michoacán, la ciudadanía ya está cansada de la falta de aplicación de la ley hacia estos grupos, pues ningún gobierno ha podido hacer respetarla y menos proteger los derechos de la mayoría. De ahí que ya circula un movimiento “Estamos hartos de los normalistas”.
Situación que en un asunto de permanente oportunismo los del PAN y PRD se lo recalcan a los del PRI, sin que ninguno ofrezca alguna alternativa de solución, o cuando menos una mínima aportación al tema. Ello sin olvidar retacar lo que todos dicen saber: El Tricolor nos gobernó con ayuda del crimen organizado.
Pero llego lamentablemente el caso de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, mejor conocido como la de Ayotzinapa, Guerrero. Donde hubo seis estudiantes muertos, 24 heridos y 43 aún desaparecidos. Y ahí los del Sol Azteca enmudecieron, pues estos hechos pusieron al descubierto la complicidad narco-gobierno estatal-PRD, como las propias investigaciones hasta el momento lo arrojan.
“Llevo tres días buscando a mi hermana,
se llama Altagracia, igual que la abuela.
Salió del trabajo pa’ la escuela.
Tenía puestos unos jeans y una camisa blanca.
No ha sido el novio. El tipo está en su casa.
No saben de ella en la PSN, ni en el Hospital”
Pero realmente la esencia del asunto no ha sido atendida, mucho menos comprendida. El caso Ayotzinapa le pega a todos los partidos políticos, unos por opinar, otros por callar. Mientras que nuestra nación queda en el desprestigio mundial y la preocupación, tal y como lo han expresado grupos sociales del mundo, y el propio Parlamento Europeo, el cual exige la aparición de los estudiantes
Pues bien, independientemente de que se simpatice o no con los normalistas, de cualquier entidad, los estados y la nación no pueden tratar un asunto de orden social a través de cuestiones políticas, y menos de intolerancia. Menos aun cuando en varias entidades, y más aún en Michoacán, la gente ya está harta de todo y de todos. Pues ya no se le tiene la mínima credibilidad a los gobiernos en turno, ni a los partidos políticos, muchos menos a cualquier cuerpo policiaco, le pongan el nombre que le pongan. Y hay que tener cuidado, pues la inconformidad social se generaliza ya en el país.
“Anoche escuché varias explosiones.
Putun, patá, putun, peté.
Tiros de escopeta y de revólver
Carros acelerados, frenos, gritos. Eco de botas en la calle.
Toques de puerta. Quejas. ¡Por Dios! Platos rotos.
Estaban dando la telenovela. ¡Por eso nadie miró pa’ fuera!
La desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, como los diversos casos que también se han registrado en Michoacán, es una situación que transgrede a la humanidad, transgrede al entorno y peor aún desgarra el alma de sus madres, sus hermanos, sus parejas, sus profesores, sus amigos y sus conocidos. Ante este dolor humano no tienen cabida los partidos políticos, ni los gobiernos, independientemente de su color.
Los desaparecidos es un tema que lamentablemente se desarrolló desde finales de los años sesentas en América Latina, a raíz de los movimientos sociales y guerrilleros, lo cual se agudizó en las siguientes dos décadas. Peor aún, aún hay miles de madres en la búsqueda de sus hijos, con la esperanza estallando por dentro el corazón todos los días.
La desaparición de estudiantes deja una herida abierta en la sociedad que no habrá de borrarse; es un atentado a los derechos humanos por parte de quienes supuestamente deberían defenderlos. Se convierte en una incertidumbre permanente en el alma de 43 madres, en un dolor que ninguna aplicación de justicia podrá sanar.
¿A ustedes gobernadores le han desaparecido un hijo? ¿A ustedes integrantes de los diversos partidos políticos, les han desaparecido un hijo? Ojalá y no, pero si se registra algo así, que nunca nadie opine de sus casos. ¡Corte!
¿A dónde van los desaparecidos?
Busca en el agua y en los matorrales.
¿Y por qué es que se desaparecen?
Porque no todos somos iguales.
¿Y cuándo vuelve el desaparecido?
Cada vez que los trae el pensamiento.
¿Cómo se le habla al desaparecido?
Con la emoción apretando por dentro.
P.D. En esta liga puedes ver y escuchar la canción “Desapariciones”, autoría del maestro Rubén Bladés: https://www.youtube.com/watch?v=anLWyiu