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ENTREVISTA. Su abuelo la invitaba a observar el cielo, y ella llegó hasta la NASA. Es Fátima López, orgullosa michoacana

  • Michoacana de Santa Ana Maya llega a la NASA, su abuelito despertó este sueño cuando era una niña.
  • Sufrió bullyng por ser alumna aplicada
  • Exhorta a los niños a seguir sus sueños, pues se puede llegar hasta las estrellas

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Por ANA MARÍA CANO

Morelia, Michoacán.-Desde muy pequeña caminaba temprano por las calles de Santa Ana Maya, acompañada de su abuelo “Mento”, quien la invitaba a observar el cielo y las estrellas.

Desde entonces imaginó, soñó y trabajó para conocer más del universo. Desde el suelo michoacano intentaba comprender el enigma de la noche y sus secretos. Años después retumbaba el grito: ¡Me voy a la Nasa…me voy a la Nasa!

Ella es Fátima López Molina, orgullosamente michoacana, originaria de Santa Ana Maya, quien a los 19 años llega a la NASA, cumpliendo así el sueño que desarrolló desde pequeña.

Fue ganadora del primer lugar del concurso Moon Colonization Program M101, por lo que obtuvo una beca del 100 por ciento para participar en el International Air and Space Program 2022-2023, en el SpaceCamp de la NASA en Huntsville, Alabama.

Hay que recordar que la NASA es una institución estadounidense que se dedica a la investigación espacial. Sus siglas en inglés significan National Aeronautics and Space Administration y en español: Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio.

Alcanzar este sueño que acarició desde la infancia es un logro que llena su corazón de alegría.

Don Miguel Ángel López y Rosalba Molina, son sus padres, quienes siempre han sido un sostén y apoyo para ella al igual que sus dos hermanas Monserrat y Andrea.

Estudió su primaria en Santa Ana Maya, Michoacán, para después realizar la secundaria y la preparatoria en Uriangato, Guanajuato; para luego irse a Monterrey, Nuevo León, para estudiar la carrera en Ingeniería Aeronáutica.

Dice que se decidió por Aeronáutica porque va enfocada al sector que a ella le gusta que es lo aeronáutico y lo aeroespacial, temas que le han interesado desde más pequeña y que ahora son su pasión y vida.

“Desgraciadamente en México son muy pocas las universidades que brindan la carrera de Ingeniería Aeronáutica, pero en Monterrey se me abrió esa oportunidad y es por eso que tuve que realizar ahí mis estudios”.

Llegar a la NASA para ella fue un gran reto. Pero no dudó en desarrollar sacrificios, desveladas, lágrimas, perderse de fiestas y actividades que hacen adolescentes de su edad, pero su tenacidad y el apoyo de su familia la mantuvieron en sus objetivos, hoy logrados. Actualmente confirma que todo ello valió la pena finalmente.

Su abuelo “Mento” le enseñó a observar el cielo

Recuerda que este sueño de llegar a la NASA comenzó gracias a su abuelito Mento, quien es panadero tradicional, ya que se levantaba desde las primeras horas del día y siempre ha sido muy observador. Ella lo acompañaba, y su abuelito le decía: “Mira hija ven, vamos a ver el cielo”.

“Entonces me señalaba, ves esa estrella, fíjate que tal día estaba de este lado, y hoy está en este otro. Si vienes tal día a la misma hora vas a ver si es cierto o no que estará en este lugar. Y yo veía y efectivamente cambiaba al lugar donde él me decía”.

Y todas esas pequeñas cosas que vivió junto a su abuelo al mirar el cielo y las estrellas, le empezaron a llamar la atención y desde ahí fue enfocando sus estudios al sector aeroespacial, en el espacio exterior y preguntarse por qué ocurrían esos cambios.

Cuando iba a los aeropuertos, recuerda, le motivaba mucho ir y ver cómo despegaban los aviones, sentía que ese era un lugar donde algún día podría trabajar.

“Me sentía muy fascinada por todo lo que hacían ahí, entonces fue como una fusión de todo, y entonces vi que era lo que tenía que estudiar, algo que tenía que ver con aviación y al mismo tiempo con el espacio. Entonces estudio la Ingeniería Aeronáutica para posteriormente especializarme en un sector aeroespacial y fusionar mis sueños y objetivos”.

¿Cómo colonizar la Luna?

Pero para dar inicio con todo este trayecto, en el año 2021, ante la pandemia y estudiando la preparatoria, Fátima López buscó qué la motivara a hacer algo al estar totalmente en su casa, por lo que investigó cursos y proyectos dónde participar, encontró Insercion Program, que lo hace la Agencia Aeroespacial Alexa.

“Me puse a investigar acerca del programa y me llamó bastante la atención, pero no encontraba mucha información, platiqué con mis papás y me dijeron que investigara bien para no verme involucrada en algún tipo de estafa, pero investigué, hice el pago correspondiente y me inscribí, tiempo después me llegó el mensaje de Bienvenida”.

Y ya entrando en la materia, lo que le enseñaron fue diseño en 3D, le mandaron el material necesario, el objetivo del programa era hacer un proyecto para colonizar la luna ante el proyecto Artemisa de la NASA.

Sus compañeros de este curso eran universitarios de excelentes instituciones, ya casi por terminar su carrera, mientras que ella apenas cursaba quinto semestre de preparatoria.

“Era la más pequeña, yo me sentía chiquita porque ellos ya sabían cómo diseñar en computadora, y yo no sabía absolutamente nada. El inicio del programa fue pura teoría del espacio. Pero a mitad del curso nos recordaban que ya íbamos a iniciar el proyecto y que era una competencia”.

En dicha competencia el segundo y tercer lugar ganarían un porcentaje para participar en el International Air and Space Program, y el primer lugar se llevaría el premio del 100 por ciento.

Pero Fátima todavía no tenía una idea centrada sobre lo que iba a hacer para dicho proyecto.

Llegó el día: ¡Presentar el proyecto!

López Molina recuerda que llegó el día en que tenía que decir sobre lo que trataba su proyecto de cómo colonizar la luna.

“Cuando escuché mi nombre para hablar, me empecé a sentir mal de dolor de estómago, síntoma de que llegaría mi periodo menstrual, y pensé en mejor salirme de ese curso, incluso, pensé, me libro de decir lo del proyecto porque no tenía nada, pero en cuanto me preguntaron cuál era mi proyecto, dije de inmediato, sobre la menstruación de las mujeres astronautas, y me preguntaron: ¿Qué?”

Insistí, prosigue, que de eso iba a hablar sobre mi proyecto, y me dijeron bien, pues a darle.

En el desarrollo del proyecto se preguntaba por qué había decidido dicho tema, y supo se había complicado la vida ella sola, ante la poca información acerca de la menstruación de las mujeres astronautas, y eran muy escasos los artículos científicos sobre el tema, pero así lo desarrolló e hizo el prototipo en 3D.

Puso a trabajar a sus padres y hermanos para que le ayudaran a realizar el trabajo, y se llegó el día que tenía que presentar el proyecto ante el jurado.

“Y la primera que tenía que presentar era yo, eran 32 diapositivas para 5 minutos de exposición, entonces presento mi proyecto, ahí terminó todo, y nos dicen esperemos para cuando suban calificaciones finales: Yo sentía que no iba a ganar porque hubo proyectos mejores que el mío”.

Un día, por la noche, Fátima López estaba cansada de hacer tanta tarea de su preparatoria. Y en eso, le llega la notificación de las calificaciones finales del proyecto, así como de los ganadores de esta primera generación.

“Yo pensaba ya dormirme, pero quería saber quiénes habían sido los ganadores, dieron los nombres del tercer y segundo lugar, escuché que el primer lugar lo había ganado una chava, pero nunca me mencionaron,  pero luego escuché mi nombre,  dijeron que yo era el primer lugar y había ganado la beca del 100 por ciento para ir a la NASA, corrí con mis padres para decirles habían dicho mi nombre y brinqué, lloré, abracé a mi familia y sólo gritaba: ¡Me voy a NASA!”

No tenía pasaporte, ni visa. Espero obtener sus documentos para ir a la edición 2023, en donde vivió una de sus mejores experiencias al participar en el International Air Space Program. Ahí conoció astronautas y científicos de la NASA quienes le compartieron sus experiencias.

Su estancia en la NASA fue de una semana, casi no dormía porque tenía que estar haciendo actividades aeroespaciales con intensos horarios, así como seguir con un proyecto, el cual, por el momento es confidencial, pero el objetivo es ser mandado a la Estación Espacial Internacional.

“Ir camino a la NASA me marcó, fue cumplir uno de mis sueños pero tenía tristeza porque ese día fue cumpleaños de mi mamá y no pude estar con ella”.

Entre sus reflexiones está el que nunca se debe uno sentir pequeño ante gente que tiene más experiencia, porque ella se sintió pequeña, pero a pesar de eso ganó el primer lugar.

“Mi mensaje va dirigido para personas que sufren el bullyng escolar, como yo lo sufrí en toda mi vida estudiantil solo por ser aplicada, pero a pesar de eso yo nunca me rendía y daba todo, y al final llegué a lugares que nunca me imaginé que iba a llegar. Cumplí mis sueños”.

Un sueño más es regresar a San Ana Maya, Michoacán, y enseñarles a los niños todo lo que ha aprendido hasta el momento para motivarlos a seguir sus sueños.

Otro mensaje para todos los niños de Michoacán, dijo, es que siempre luchen por sus sueños a pesar de los sacrificios, que nunca se den por vencidos, que nunca pierdan la humildad y recuerden de dónde vienen, que se sientan orgullosos de su cultura purépecha, que logren sus metas porque pueden llegar hasta las estrellas.

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