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“Filosofía para niños”. Por Elvira Fernández

Por ELVIRA FERNÁNDEZ*

«Los niños que pasan doce años en el sistema educativo terminan haciendo menos preguntas y menos imaginativas, el diálogo se empobrece y la creatividad se desvanece

Para la gente común hablar sobre filosofía puede parecer un mundo lleno de autores y corrientes que pudieran parecer complejos, lejanos e incomprensibles. Hoy queremos romper un poco este mito, es cierto que para comprender la filosofía tenemos que estar dispuestos a pensar, y a desmenuzar realidades.

Pero… ¿Cómo un tema tan complejo puede ser cercano a los niños? En esta nueva normalidad propongo romper un poco con los paradigmas acartonados, que podemos encontrar hoy día en las aulas, así que si tienes alas las puedes usar para volar.

La filosofía para niños, aunque pareciera ser algo poco común o, de lo que poco de habla, realmente es un tema que nace en la segunda mitad del siglo XX en los Estados Unidos. Tuvo un impulsor, el filósofo Mattew Lipman y justamente surgió para fomentar la curiosidad en los niños de prospección y creación del mundo, con el fin de ayudarlos al descubrimiento de sus posibilidades como individuos y la refundación de sus ideas.

Esta idea parece muy revolucionaria, y realmente en tiempos de la pandemia podemos aplicarla a los modelos restringidos que imponen la homogeneidad de una escuela, de las clases en línea que intentan emular las clases tradicionales, o las deficiencias y diferencias para utilizar herramientas y tecnologías. Piense un momento, ¿cómo podríamos resolver los obstáculos y planeaciones que vivimos en nuestro país? Ya no digamos del país, sino los que tenemos en casa, realmente es un asunto que solo necesita un poco de imaginación y reflexión.

Justamente la filosofía para niños propone definir las deficiencias del sistema y ofrecer alternativas, pues invita a transformar la experiencia escolar en una experiencia global, que no se limite a las aulas.

Lipman tenía la visión de enseñar tanto a adultos como a niños a dialogar, razonar, buscar e indagar en el pensamiento. Dentro de los rasgos sociales y naturaleza de un niño podemos encontrar elementos natos para conocerla, (a la filosofía) porque por naturaleza los niños tienen la curiosidad y capacidad de cuestionar sobre lo que es y no de su interés.

Dentro de la comprensión filosófica es necesario motivarlos en el “aprender a pensar”, pero también en el “aprender a escuchar”, como consecuencia de escuchar al otro entonces viene el “aprender a respetar y valorar al compañero”.

Cabe resaltar que este proyecto fue tan importante que fue considerado como una herramienta para una educación democrática, basada en el diálogo y la resolución no violenta de los problemas.

Por lo que el fin de la filosofía para niños es estimular el aprendizaje, la reflexión según la edad y los intereses del niño, tomando en cuenta, además, su contexto social. Es así como los niños pueden adquirir herramientas lógicas para trabajar en la investigación, los familiariza en la utilización de métodos científicos, tales como la hipótesis, (que pasaría si) ejemplos, (casos específicos) y contraejemplos (los opuestos), pensamiento inductivo y deductivo entre otros.

Lo más importante es que, es un método donde el niño puede encontrarse frente al conocimiento, abordarlo con creatividad, cuestionarlo, transformarlo, desarrollarlo, en la libertad para hacerlo más significativo, pues toma en cuenta además las experiencias cotidianas e imaginarias

Lipman desarrollo su metodología a través de novelas y materiales didácticos diseñados para el razonamiento, con la única premisa de redescubrir la curiosidad y el asombro, permitiendo que pueda razonarse sobre hechos no conclusos, para motivar un abanico de posibilidades para su resolución.

De esta manera la filosofía aplicada de manera divertida es una buena forma de entrar al mundo de la reflexión en esferas sociales, del conocimiento y la investigación. Además de que ayuda al autoconocimiento, tan importante para encontrar respuestas que pudieran hacerse durante la adolescencia, ya no digamos los beneficios que pueden tener en la vida adulta.

A grandes rasgos es lo que propone Lipman. Ahora que, si nos ponemos a ejercitar la reflexión para resolver los inconvenientes que la nueva normalidad ha traído en los procesos de aprendizaje, encontraremos que en realidad tenemos mayor libertad de la que creemos y hay mucho más de lo que podemos ver más allá de la nariz.

Cabe resaltar que en México existe la Federación Mexicana de Filosofía para Niños, misma que surgió en 1993, misma que fue reconocida por el IAPC Instituto para el Desarrollo de la Filosofía para Niños, en 1996, como el único organismo en México que puede determinar los criterios para la formación y apertura de Centros de Filosofía para Niños, así como los criterios para la formación de docentes.

Si tu curiosidad te lleva más allá que este breve artículo consulta los siguientes links:

https://fpnmexico.org/site/

http://www.filosofiaparaninos.com.mx/lipman.html

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Elvira Fernández. Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Ha trabajado en producción televisiva, ha colaborado como reportera, columnista y articulista para La Revista de El Universal, Milenio Diario. Ha sido coordinadora de comunicación en la Editorial Miguel Ángel Porrúa. Se desempeñó como articulista y editora para Nichos Sociales, en el portal Corazón de Mamás.