Por Víctor Armando López.
A ti que tienes problemas de liquidez (y no precisamente por falta de agua en tu colonia) en tus bolsillos; que no ves beneficios directos con la reforma energética, ni con la hacendaria. A ti que no tienes empleo, pero eso sí deudas kilométricas. A ti que dejaste de usar tu carcacha por miedo a que te la robaran o porque ya no te alcanza para la gasolina. ¿A ti, qué te importa el Segundo Informe de Gobierno Presidencial?
Y no es una cuestión de partidos políticos, pues ya hemos sido parte de la alternancia en México, sino de la desconfianza que le tenemos a quienes nos gobiernan. Que si el Segundo Informe de Gobierno se entregó solamente para evitar la organización de eventos costosos en la sede del Poder Legislativo, que si sólo habría un mensaje sencillo desde Palacio de Gobierno ¿De qué sirve? Si no le tuvieron el mínimo respeto a la Plaza de la Constitución y los “lamepatas” la usaron como estacionamiento público para ir a aplaudir quizá lo inaplaudible, dependiendo del lado que batees.
Por décadas el discurso de los funcionarios en el poder ya nos lo sabemos: “Un informe apegado a la realidad y con grandes expectativas de mejorar”. Mientras que el de la oposición, del color que sea: “Mentiras, nada apegado a la realidad, a quién le quieren tomar el pelo”. Pero en ambos casos a ti, a mí, a todos, qué nos importa, nada cambia nuestra forma de vida ¿Si en nuestros bolsillos no se ve el mínimo rastro de movimiento, de qué nos sirven los informes? ¿Si al salir a la calle, no sabes en qué condiciones vas a regresar, o si lo harás, para que sirven?
Y desde hoy mismo, y mañana aún más, en los medios de comunicación podrás leer…tan..tan…tan..tan: Reacciones y más reacciones del informe presidencial. Eso sí de todos los sectores, de todos los partidos. Cómo sí eso fuera a cambiar la realidad que se vive; cómo si una opinión de quién sea viniera a salvar al mundo. Cómo si redactar reacciones fuese hacer periodismo. Por cierto, volvamos a la realidad ¡Es hora de mi telenovela! ¡Corte!