La Página
Por ROCÍO MUÑOZ
Morelia, Michoacán.-Del 1 al 15 de agosto no sólo la luz eléctrica y el brillo de la luna iluminan por las noches las calles de mi pueblo, Queréndaro, Michoacán. ¡Es la época de candiles!
Estos son pequeñas fogatas que prende la gente afuera de sus casas. Por doquier se ven brillar sus llamas y familias sentadas alrededor recibiendo su calor y siguiendo esta hermosa tradición, en honor a nuestra patrona la Virgen de la Asunción, que se le celebra su fiesta el 15 de agosto. (Que por esta ocasión debido a la pandemia la festividad será muy restringida tanto en las misas, como en cada una de las celebraciones).
Recuerdo que mi abuelita materna nos decía que “la luz de los candiles iluminaba el paso de la Virgen de la Asunción, quien recorría el pueblo dándonos su bendición, por lo tanto teníamos que respetarlos con mucha devoción y no jugar con la lumbre y que si empezábamos el primer día con el candil teníamos que terminar los quince días sin interrumpirlos”.
Y así sentados en ocasiones rezábamos alguna oración (de las muchas que ella nos enseñó) y teníamos largas e interesantes pláticas de su pasado, tomando un rico té o café o comiendo semillas”.
Los candiles, hermosa tradición que no debemos dejar perder y que trata de permanecer a través del tiempo.
Los invito a que no dejemos que desaparezca y que después sea solamente una tradición del recuerdo. Este es nuestro hermoso Queréndaro y sus tradiciones.
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