La Página
Por VERÓNICA TORRES MEDRANO
Morelia, Michoacán.- Michoacán, 2012, 2016 y 2018, años que marcan a la Iglesia Católica con el asesinato de sacerdotes.
Víctor Manuel Diosdado Ríos, José Alfredo López Guillén y Miguel Gerardo Flores Hernández resaltan en las hojas que están pegados en los Templos de la entidad. Todos, en respaldo a la Jornada de Oración por la Paz en México, manifestación por la violencia que ha habido contra el clero en las últimas semanas.
Al entrar a los templos, la gente observa detalladamente cada uno de los letreros; la cara de quienes han estado al frente en misas y que fueron asesinados.
De Michoacán, Colima, Jalisco, Tamaulipas, Coahuila, Guerrero, Chiapas… de todo el país, hay fotos de aquellos padres que fueron asesinados. Muchos, en manos del crimen organizado.
En el caso de Michoacán son 3 caras las que ponen. La primera data del 2012, Víctor Manuel Diosdado Ríos, de la Diócesis de Apatzingán, fue encontrado sin vida el 7 de junio de dicho año.
José Alfredo López Guillén, de la Diócesis de Morelia, fue encontrado sin vida el 24 de septiembre de 2016, en un paraje de la carretera Puruándiro-Zináparo, 5 días después de haber sido levantado de la parroquia.
Y Miguel Gerardo Flores Hernández, de la Diócesis de Zamora, desapareció el 18 de agosto de 2018 y fue hallado sin vida en un predio del municipio de Múgica.
