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OPINIÓN. “El pragmatismo electoral y chapulineo de Morena”. Por Mario Ensástiga Santiago

Por MARIO ENSÁSTIGA SANTIAGO*

Una vez que las comisiones de encuestas y elecciones de Morena han librado más bien que mal los nombramientos de las precandidaturas a la Presidencia y Senado de la República, y a las 9 gubernaturas de los estados en disputa y jefatura de gobierno de la CDMX, toca el turno conocer los nombres de las precandidaturas a las diputaciones federales, diputaciones locales y Ayuntamientos.

Se confirma que al parecer por la información al alcance de la opinión pública, son más complicados los comicios internos de Morena para definir sus precandidaturas que los procesos de las elecciones constitucionales del 2024, especialmente lo referente a las precandidaturas de los 1,580 ayuntamientos, 16 alcaldías de la CDMX y 24 juntas municipales de Campeche; de acuerdo al registro de los cursos de capacitación que el Instituto Nacional de Formación Política de Morena imparte a través del Programa de Formación Municipal a los y las morenistas del país que aspiran a ocupar un lugar en los ayuntamientos, cursos que obligadamente por mandato estatutario deben acreditar, el número de aspirantes asciende más o menos 45 mil personas.

Ya nos podemos imaginar las complicaciones y el arduo trabajo de las comisiones de encuestas y elecciones de Morena y las dirigencias nacional y estatales para definir las precandidaturas, realizar encuestas a ese amplio universo de aspirantes me parece prácticamente imposible, quien sabe cómo le vayan a hacer, estará en juego el talento y capacidad política para librar tan complicado escollo; por otra parte, las inevitables inconformidades, no se puede dar gusto a todas y todos los que legítimamente aspiran a tener un cargo de elección popular; justo es en el ámbito local donde los intereses personales y grupales se confrontan de manera más directa y en no pocas ocasiones de forma por demás descarnada.

Está por verse si Morena sale avante como lo ha sabido hacer en los procesos internos anteriores, la gran interrogante es hasta dónde llegarán las inconformidades para que no pongan en riesgo la unidad política electoral que permita a la Coalición de Juntos Seguimos Haciendo Historia obtener la mayoría calificada en el próximo Congreso de la Unión.

Los escenarios políticos internos de Morena están al rojo vivo en la antesala de conocer todas las propuestas a las precandidaturas de los diversos cargos de elección popular; la llegada cada vez más intensa de personas de reciente filiación política del PRI, PAN y PRD y otros partidos u organizaciones sociales y políticas en busca de un cargo de representación popular a través de la “Marca Electoral” de Morena, que es precisamente en lo que se ha convertido, con la promoción y complacencia de las dirigencias nacionales y estatales, dinámica que ha puesto al descubierto la clara y pragmática estrategia electoral de sumar todo lo que sea necesario y posible sumar para ganar satisfactoriamente la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión, como la tarea principal y estratégica, por consecuencia en detrimento de los principios ideológicos y políticos de la 4t expresados en sus documentos básicos.

La Comisión de Elecciones de Morena y la dirigencia nacional han empezado a circular los nombres de las precandidaturas a las diputaciones locales y los ayuntamientos de algunas entidades federativas como Yucatán, Guanajuato, Colima y Quintana Roo, más temprano que tarde han surgido las inconformidades principalmente de las y los grupos de fundadores y fundadoras de Morena, que se sienten desplazados por los y las militantes de reciente filiación política de otros partidos políticos, por lo que han desplegado lo que se reconoce como la guerra contra “los chapulines”.

Morena enfrenta una situación preocupante, las movilizaciones y protestas de militantes de los estados de Puebla, Yucatán, Colima y Quintana Roo, así lo confirman, dicho sea de manera general, han aparecido reclamos de las más diversas dimensiones políticas, al señalar a personajes supuestamente ligados a grupos delincuenciales, de trayectoria corrupta, arribistas y oportunistas, en fin, sobran los calificativos, casos sobresalientes son por ejemplo, la expulsión de Morena en Colima de Alma Griselda Martínez Martínez, presidenta municipal de Manzanillo, que aspiraba al Senado, por haber dicho en una entrevista que la gobernadora Indira Vizcaíno de Morena le acercaba a Claudia Sheinbaum a personajes ligados al Cártel de Sinaloa y por pretender imponer la precandidatura a la presidencia municipal de Manzanillo, los inconformes realizaron una huelga de hambre de 12 días, en Morelos las inconformidades han llegado a la renuncia de morenistas seguidores de la Senadora Lucía Meza que aspiraba a la gubernatura del estado y ahora pretende ser la abanderada al mismo cargo por la Coalición del PRI y PAN.

Morena, dicho en palabras llanas trata ni más ni menos que juntar la fuerza política electoral necesaria para hacer a un lado de una buena vez a las fuerzas neoliberales opositoras a la realización de las reformas constitucionales necesarias que obstaculizan el avance con mayor contundencia de la 4t, estrategia política cueste lo que cueste, después, “ya veremos”.

Creo que en esa perspectiva Morena cumplirá su papel en esta histórica coyuntura política del país, me parece que después de las elecciones de junio de 2024, tendrá importantes transformaciones, hasta dónde es la interrogante, lo que si es perfectamente previsible que no continuará en las actuales condiciones, por otra parte, dependiendo de los resultados electorales, habrá recomposición, encuentros y desencuentros de las fuerzas políticas del país.

En Michoacán, la designación de las precandidaturas de Celeste Ascencio y Raúl Morón al Senado de la República, que si bien ha sido un duro golpe al bloque político del gobierno del estado, las obvias inconformidades no se han expresado públicamente, cuestión que es muy importante reconocer de quienes no han sido ungidos y ungidas, en lo particular quiero pensar que se debe principalmente a los conocidos sigzagueos, chapulineos y salvaje pragmatismo de alianzas con grupos políticos no sólo adversarios, sino también enemigos de la 4t.

Morena está obligada a presentar precandidaturas de personas que, como reiteradamente lo ha señalado Andrés Manuel López Obrador, cuenten con una trayectoria política honesta, congruente y comprometida con el trabajo por el bienestar de los más pobres en función de los principios y valores de la 4t.

Al mirar las precandidaturas de Michoacán al Senado de la República no dejo en lo personal de desear de que de alguna manera el evidente pragmatismo electoral obligado de Morena, logre asestar el duro golpe político a la derecha conservadora y reaccionaria, y pensar de alguna manera que “no todo está perdido”, por lo que es un imperativo ético político que las precandidaturas que restan por  conocer, sean personas que no tengan mala fama pública y logren entusiasmar y dar esperanza a una ciudadanía harta de siempre lo mismo.

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* Mario Ensástiga Santiago. Es ingeniero por el IPN, además de realizar estudios en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y una maestría en Desarrollo Urbano. Ha militado en la izquierda durante 45 años. Fue secretario ejecutivo del Centro de Desarrollo Municipal (Cedemun) y asesor de diversos gobiernos municipales.

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