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OPINIÓN. “Hagamos composta Morelia. Una experiencia de familia”. Por Mario Ensástiga Santiago

Por MARIO ENSÁSTIGA SANTIAGO*

En esta ocasión me interesa compartir la bonita experiencia familiar que estamos viviendo, en Morelia, se trata de una proyecto para hacer composta, lo iniciamos hace 3 años básicamente por 2 cuestiones fundamentales, la preocupación por la problemática ambiental que vivimos y la necesidad de buscar una alternativa económica propia de futuro; iniciamos esta razonable y humana travésía ambiental, mi compañera de vida, mi hijo mayor, un servidor y una amiga de la familia, el líder del proyecto es mi hijo, todos inicalmente con la información más elemental de cómo los residuos orgánicos se pueden convertir en composta, es decir en tierra buena y fértil para recuperar en parte la grave, paulatina y creciente pérdida de la riqueza natural de nuestros territorios. Veamos.

A pesar de que cada vez hay más gente informada y sensible en relación al deterioro ecológico y ambiental de nuestro municipio, estado, país y planeta, es triste y contradictoria la percepción y compromiso de la sociedad en su conjunto, los informados poco hacemos y los no informados pues menos, una parte minoritaria de la sociedad entiende más menos las causas y consecuencias del cambio climático, por ejemplos, la tala de los bosques, los cambios de los usos del suelo y el volumen cada vez mayor de los residuos sólidos (basura) en el campo y las ciudades. Me limito por ahora sólo a comentar lo relativo a la escaces de agua y el incremento de basura.

La escaces de agua se debe a múltiples factores, los más conocidos, la tala de árboles para hacer cambios de los usos de los suelos y sembrar aguacate, frutillas rojas y otros productos de alta rentabilidad económica, desarrollos habitacionales y otras actividades, aunado a las malas condiciones de la infraestructura hidráulica rural y urbana.

En relación a la basura mejor dicho residuos sólidos que producimos en todos los espacios que habitamos y la ausencia de una cultura positiva para tratarlos ambientalmente de manera adecuada, la basura es de un volumen cada vez más inmanejable, particularmente en las ciudades, en el campo la basura se deposita en cualquier lugar a cielo abierto, ello genera escurrimientos de lexiviados (líquido negro altamente contaminante por la descomposición de los desechos orgánicos con otros materiales) mismos que van a parar al aire, a suelos fértiles, a cuerpos de agua (arrollos, ríos, presas, lagos, lagunas y mares) etc. La anterior situación provoca muchos efectos negativos para la salud pública, aumento de fauna nociva, dispersión de polvos y microorganismos patógenos que redundan en enfermedades respiratorias, gastrointestinales, cutáneas e incluso cancerígenas.

Distintas fuentes dan diferentes cantidades, en México se producen en lo general diariamente unas 120 mil toneladas de basura, en Morelia alrededor de 650, no olvidemos que cuando la basura se separa deja de ser precisamente basura, el mayor problema sin embargo no es la cantidad sino la falta de una adecuada cultura ambiental y la participación ciudadana para darle un proceso adecuado de separación, reciclaje y composteo de los desechos orgánicos y así cooperar con los distintos esfuerzos individuales y colectivos de gobierno y la sociedad civil organizada que evidentemente se están realizando como el de Hagamos Composta.

Por circunstancias de vida, tres miembros de mi familia, nos encontramos involucrados desde hace tres años en un microproyecto ambiental, social y económico de fabricación de composta, lombricomposta y poposta. Todo empezó si no mal recuerdo a principios del año de 2022, cuando uno de mis cuñados le regaló a mi hijo mayor unas lombrices para que intentara hacer lombricomposta y satisfacer la curiosidad manifestada en varios ocasiones, así inicio sin saberlo su camino ambiental que meses después despertaría el interés y entusiamo de una parte de la familia. Al principio ciertamente por interés de mi hijo, después por poder hacer algo frente a los problemas ambientales y por la imperante necesidad de buscar obtener algunos ingresos económicos propios. En un futuro no tan lejano.

Las lombrices recién adquiridas mi hijo las depositó en el jardín de su casa, para su sorpresa, pronto se dió cuenta que las lombrices se reproducían con facilidad y generaban con sus excrementos tierra mejorada que al aplicarla en las plantas y árboles, éstos mejoraban notablemente en poco tiempo, así su interés fue creciendo lo sufiente que lo llevó a buscar más información en el internet, a la par empezó a separar la basura doméstica y depositar los residuos orgánicos en una caja de madera, veía con alegría que aparecían copiosamente distintas plantitas, como un tomate, un chile y otras no identificadas, ¡qué maravilla de la naturaleza! jubiloso exclamó.

El incontrolabre interés por conocer se vio afortunado pués aguién le comento que en una ciudad del norte del país había un chavo que recolectaba residuos orgánicos caseros en cubetas con una calcomanía que decía “Hagamos Composta Juntos”, ni tardo ni perezoso buscó la plataforma y se enteró de que en efecto, es un proyecto que lleva varios años con sede en la CDMX y presencia en más de la mitad de los estados del país, actualmente ha empezado a incursionar en España y América Latina.

La plataforma de “Hagamos Composta Juntos” informa a las personas interesadas en lo que tienen que hacer para ser socios del servicio de recolección de sus residuos orgánicos, la inscripción ahora tiene un costo de 350 pesos, a cambio se les entrega un kit de dos cubetas de plástico (de colores) de 19 y otra de 6 litros para depositar diariamente los desechos orgánicos de la cocina, que no deben llevar nada de papel, plástico, vidrio, metales y otros materiales no orgánicos; si la nueva o nuevo socio le interesa que se recolecten los desechos fecales de sus mascotas se le entrega una cubeta color negra de 19 litros.

 Las cubetas llenas son recolectadas por Hagamos Composta Morelia (HCM) cada semana o 15 días todo depende de la capacidad de las socias de llenarlas, por cada cubeta de color se les cobra 85 pesos y por la negra 100. Las cubetas se llevan a Umécuaro, comunidad de la Tenencia de Santiago Undameo del municipo de Morelia, donde son vaciadas en capas alternadas con aserrín en unos cilindros construidos de malla inoxidable a ras del suelo, posteriormente se revuelven o se les da la vuelta como coloquialmente decimos, con la pala por lo menos una vez por semana para depositar el nuevo volumen en otro cilindro, y así sucesivamente, al cabo de 3 o 4 meses el material se ha compostado, es decir se convirtió en tierra fértil, tierra de importantes cualidades orgánicas para fortalecer la siembra de productos agrícolas.

HCM prácticamente a tres años ha podido recolectar y procesar más o menos 100 toneladas, ciertamente es un modesto esfuerzo frente a la magnitud del deterioro ambiental y climático, si la ciudadanía se sensibilizara y participara habría posibilidades de contensión y mejoramiento del ambiente. HCM es un proyecto que se ha venido fortaleciendo poco a poco, todavía no llega al punto de equilibrio entre ingresos y egresos, es decir, hasta ahora los ingresos son básicamente para cubrir algunos gastos de operación básica como el pago de la recolección de las cubetas, el vaciado, lavado, la gasolina, el mantenimiento de la camioneta, y la necesaria y permanente inversión para tener una mejor infraestructura.

Entre otros beneficios puedo mencionar los siguientes:

  1. Cuando las familias separan los desechos orgánicos, se dan cuenta que desperdician mucha comida, que desde luego es dinero.
  2. Dejan de usar bolsas de plástico.
  3. Cuando los padres incorporan a los niños en la separación de los desechos orgánicos, fácilmente entienden de que se trata y se vuelven vigilantes de que sus padres cumplan la tarea, hasta regaños hay.
  4. Buen aparte de la tierra compostada se entrega a las socias para sus plantas, árboles y áreas jardinadas.
  5. Los recolectores municipales de la basura se benefician, porque en parte sin desechos orgánicos, puedes vender más facilmente el aluminio, cartón y vidrio, etcétera.
  6. La cohesión familiar en torno a un proyecto de estas características, se ha vuelto más intensa, afectiva y humana.

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* Mario Ensástiga Santiago. Es ingeniero por el IPN, además de realizar estudios en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y una maestría en Desarrollo Urbano. Ha militado en la izquierda durante 45 años. Fue secretario ejecutivo del Centro de Desarrollo Municipal (Cedemun) y asesor de diversos gobiernos municipales.

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