La Página
Por PATY TORRES
Morelia, Michoacán.- Una sanción de dos a cinco años de prisión, así como la inhabilitación del ejercicio profesional, propone la diputada Zenaida Salvador Brígido a quien o quienes promuevan, apliquen, empleen impartan, utilicen, obliguen o financien cualquier tipo de método, terapia, consejería, servicio, tratamiento o practica no quirúrgica dirigidas a cualquier persona con la finalidad de reorientar, restringir, menoscabar o suprimir la orientación sexual o identidad de género de su persona, a través de recibir una terapia de conversión.
En su iniciativa con proyecto de decreto para modificar artículos del Código Penal del estado, la morenista, explicó que una terapia de conversión se entiende por “todas aquellas prácticas como sesiones psicológicas, psiquiátricas, tratamientos o métodos de cualquier índole que tengan por objeto obstaculizar la expresión o identidad de género, en las que se emplee la violencia, física, psicológica, sexual, moral, psicoemocional, tratos inhumanos, crueles y degradantes que violenten la dignidad y los derechos humanos”.
Además de la multa de dos a cinco años de prisión y la inhabilitación del ejercicio profesional por el mismo tiempo a quien cometa este delito, -el cual será perseguible por querella de parte ofendida- Salvador Brígido especifica que “si la terapia de conversión se practicara en un menor de dieciocho años de edad o persona que no tenga capacidad para comprender el significado del hecho o la capacidad de resistir la conducta, la pena se aumentará en una mitad y se perseguirá de oficio”.
A esta iniciativa a la que se sumaron Brenda Fabiola Fraga Gutiérrez y Mayela del Carmen Salas Sáenz, la proponente basada en datos del Inegi señaló que en el año 2016 el 20.2 por ciento de la población declaró haber sido discriminada por motivos del tono de piel, de la manera de hablar, por el peso, la estatura, por la forma de vestir o de su arreglo personal, por la clase social, por el lugar donde vive, por creencias religiosas, por el sexo, por la edad y por la orientación sexual.
En esta última, añadió, “no sólo la discriminación por su orientación sexual, sino que también se ha originado la violencia a este sector de la población, ya que es muy común que se les denoste o denigre con palabras como ‘maricón o ‘machorra’, entre otras muchas, siendo esta situación más vulnerable para los menores de edad, los cuales son objeto del rechazo de sus padres, quienes, ante la presión social y prejuicios de ellos mismos, sienten la necesidad de convertirlos en heterosexuales, obligándolos a realizar acciones que van encaminadas a su reorientación sexual, exponiéndolos a daños que van desde el psicológico hasta el físico”.
La legisladora recordó que las violaciones sexuales son recurrentes en las terapias de conversión tanto en Michoacán como en el resto del país; en el caso de los hombres, una actividad común es que los padres, generalmente, los hombres, al sospechar que su hijo es homosexual, lo llevan a tener relaciones sexuales con alguna trabajadora sexual para probar su hombría y, en el caso de las mujeres, se les obliga a estar con hombres que las violan para ‘corregir’ o ‘curar’ su homosexualidad, de ahí se deriva el término “violaciones correctivas”.
