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Reportaje. Pertenecen a La Calzada de los Santos los vestigios de camino encontrados en la Salida a Salamanca

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Por VÍCTOR ARMANDO LÓPEZ

Morelia, Michoacán.-Los vestigios encontrados en la obra vial de la Salida a Salamanca (en Morelia, Michoacán), son del camino conocido como “La Calzada de los Santos”, mismo que fue construido, por su configuración, a finales del siglo  XVIII o posiblemente entre 1824 y 1870, y cuya longitud aproximada fue de 10.3 kilómetros.

Es decir, que no es un camino prehispánico, ni del siglo 17, sino a lo mucho de finales del periodo virreinal, como luego de su hallazgo se ha creído y difundido. Y es que por sus características de tierra y piedra apisonada no fue construido antes de 1890, o más probablemente después de la Guerra de Independencia de México.

El historiador Ricardo Espejel Cruz, quien se ha especializado en temas históricos de Morelia, de cartografía y de sistemas de información geográfica, comenta que de lo que fue la Garita del Molino o del Norte, ubicada por el rumbo donde hoy día se encuentra el Monumento al Pípila (esquina que conforman las avenidas Héroes de Nocupétaro y Morelos), y hasta la antigua Capilla de Santiaguito, existió la Calzada de Santiaguito o del Molino de las Monjas, misma que tuvo una longitud de 0.5 kilómetros. Y de ahí hacia adelante fue “La Calzada de los Santos”.

Según la opinión del licenciado en Historia:  “La longitud aproximada de la Calzada de los Santos es de 3.19 km, entre la parte norte del pueblo de Santiaguito y su cruce con un arroyo tributario del Río Grande de Morelia; mientras que la longitud aproximada de la Calzada de Los Santos desde Santiaguito hasta Tarímbaro es de 10.3 kilómetros”.

También señaló que hace tiempo, realizando trabajo de investigación de campo, en la actual esquina de la carretera a Salamanca y la Avenida Miguel Hidalgo en su sentido Oriente-Poniente, rumbo a Tarímbaro, cerca de la construcción de un motel se podían ver vestigios antiguos de un camino y un puente, y podría ser parte de “La Calzada de los Santos”.

Ricardo Espejel sustenta que una de las mayores pruebas de la existencia de “La Calzada de los Santos” es la plasmada en el “Plano General. Distrito de Riego de Morelia y Queréndaro, Michoacán” (datado entre 1940 y 1950), mismo que elaboró lo que fue la Comisión Nacional de Irrigación”, y que trae fechas e indicaciones de elevaciones medias sobre el nivel del mar desde 1875 hasta 1905, en periodos de cinco años. (Mapoteca “Manuel Orozco y Berra”, Colección General, República Mexicana, Autor Comisión Nacional de Irrigación, sin año de creación o compilación, sin escala, papel común impreso a color, medidas: 20 x 29 cm, varilla: CGRM24, No. Clasificador: CGRMMICH3-CGE-7216-A)

Sobre la relevancia del hallazgo, el historiador subraya que ésta reside en que la caminería era el medio de comunicación entre los distintos grupos poblacionales.

“Vale la pena conservarlo, como un ejemplo de las capacidades de ingeniería de finales del siglo 18 y mediados del 19 en México. Hay que recordar que actualmente en Europa se conservan los caminos romanos que llevan más de 2 mil años de que se hicieron. Aunque la gran duda es cómo conservarlo, ahí es donde restauración y preservación de sitios históricos debe opinar, Quizá haya que rediseñar la obra en la Salida a Salamanca, para que se rodeen los vestigios y que estén a la vista”, comenta.

Encuentran camino antiguo

En octubre de 2021, una denuncia ciudadana, alertó a las autoridades de la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sobre el hallazgo de vestigios de un camino. Pero hasta marzo del presente año fue atendido el caso.

Y es que en las obras de un puente elevado y paso a desnivel de la Salida a Salamanca, a una profundidad de 10 metros, localizaron casi 300 metros de un camino empedrado, del cual se dijo era prehispánico, colonial o del virreinato.

Hace uno días el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, ordenó se rescate lo hallado, por lo que están por iniciar algunos trabajos de rescate, aunque a la fecha no saben de lo que se trata, pero lo nombran como “camino virreinal”.

Incluso, desde este día ya habrá desviaciones de circulación en la zona, para que autoridades del INAH realicen trabajos de investigación.

La caminería en Morelia

En el texto: “Caminería en Morelia, Michoacán, México”, del Maestro en Arquitectura Virgilio Marines Mota, se destaca que los elementos que conforman una caminería son: Señalamientos; cuerpos de agua para beber; estancias; puentes; garitas; humilladeros; mesones; misiones; haciendas; templos, presas y acueductos; observatorios; y, pueblos completos sobre la ruta de la plata.

Además, señala que en Morelia se han perdido casi todos sus caminos reales, pues no queda evidencia de los elementos que los conforman, como los citados anteriormente.

Y argumenta Virgilio Marines: “Morelia contaba con cuatro accesos principales y otros secundarios de los cuales el más importante sería el Camino Real de la Hacienda del Rincón, donde nace el Acueducto en diferentes manantiales y existen varios pueblos que abastecían a Valladolid de madera, carbón, otros servicios y también como mano de obra. Actualmente a esta zona se le conoce como Los Filtros Viejos, Tres Cascadas en San Miguel del Monte e Ichaqueo. Este camino conserva en gran medida empedrado en regular estado y se ha conservado”.

De acuerdo con la investigación de tesis de Maestría: “Caminería Michoacana del siglo XIX, 1824-1877, identidad y rasgos de un sistema de transporte extinto”, que desarrolló el ingeniero Amador Castro Colín: En 1793 el Virrey Segundo Conde de Revillagigedo expresa lo siguiente: “La falta de caminos y las malas condiciones de los existentes mantenían colapsado el sistema comercial mexicano”.

Además, el Maestro en Ingeniería Armando Castro Colín externa: “En general la escasa red caminera impulsada al inicio del virreinato, tuvo la característica de ser descuidada y falta de mantenimiento, es hasta finales del siglo XVIII después de casi siglo y medio en el olvido, cuando se toman acciones sobre las anticuadas y obsoletas vías de comunicación, motivadas por el reciente movimiento de ilustración y las reformas borbónicas implementadas por la Corona Española. El resultado es un gran número de mejoras a las vías de comunicación, que no fue interrumpido sino hasta el inicio de la Guerra de Independencia.

“En los albores del México independiente, se siguió utilizando la denominación de CAMINOS REALES a aquellos que permitían el tránsito de carruajes, diligencias y carretas, y CAMINOS DE HERRADURA, por los que transitaban las conductas y hatajos conducidas por los arrieros”.

Mientras que Orépani García (también citado en el trabajo de tesis de maestría) marca: “La red caminera de origen prehispánico se había ampliado al inicio del virreinato, fue paulatinamente desplazada en importancia por los caminos de creación novohispana, incrementándose la comunicación con la región actual de Guanajuato y la capital mexicana, formándose el verdadero esqueleto de la red caminera de Michoacán que prevalece más allá del siglo XVIII, la primera sirvió como base para la evangelización y la segunda buscaba la comunicación hacia el norte donde se encontraban los principales centros mineros de la Nueva España.

“A pesar de la importancia y buen estado de los caminos hacia el norte, la región con más atención era la que rodeaba a la capital del estado y conforme se alejaban de ésta, iban desmejorándose. La ruta que poseía los mejores caminos y los más transitados era la que comunicaba la región central de Pátzcuaro y Valladolid”.

Caminos sobre caminos

Para realizar conquistas políticas y militares los prehispánicos construyeron calzadas y caminos, mismos que también fueron aprovechados para el comercio y la comunicación.

Estos mismos fueron utilizados por los españoles para construir sobre ellos los propios, y después de la Independencia de México, sobre esos hay la posibilidad de que se realizaran otros.

De ahí que el Maestro en Arquitectura, Virgilio Marines Mota, plantea: “Los conquistadores se vieron en la necesidad de crear vías de comunicación o en algunos casos se utilizaron los caminos prehispánicos y sobre estos enseguida se construyen los caminos reales, siendo el principal EL CAMINO REAL DE LA PLATA DE TIERRA ADENTRO para llevarla desde las minas del norte, desde las más lejanas localizadas en Santa Fe, Nuevo México, pasando por Chihuahua-Durango-Zacatecas-Aguascalientes-Guanajuato hasta México y de ahí al puerto de Veracruz para de ahí mandar a España el oro y la plata con los cuales se pagan las frecuentes guerras de conquista”.

Incluso, Marines Mota puntualiza: “Como la mayoría de los Caminos Reales en México fueron absorbidos por las ciudades, carreteras o por completo se dejaron de lado, se encuentran en pésimo estado o han desaparecido, actualmente se están rescatando y restaurándoles por haber sido declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad (el primero de agosto de 2010) por la Unesco” (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura)

Ello una vez que propiciaron nuevos vínculos sociales, culturales y religiosos, entre conquistadores y conquistados.

Ante ello el historiador Ricardo Espejel Cruz reflexiona que la red caminera en Valladolid (Morelia) al inicio del virreinato fue escasa, pero evolucionó y se tornó muy eficiente, de ahí que en los hallazgos aún se conserva.

“Esta caminería facilitó el paso de carruajes y vehículos con ruedas. Eran parte importante de la red de comercio cuya principal actividad era hacer llegar productos del campo de Michoacán (pasando por Valladolid/Morelia), ganaderos y agrícolas, hacia los núcleos urbanos mineros, ubicados en Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas; sobre todo por el auge minero y el crecimiento de dichas ciudades a finales del virreinato”.

* Mapas e imágenes: Colección Ricardo Espejel Cruz

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