La Página
Por VÍCTOR ARMANDO LÓPEZ
Estaba a punto de rendirse, el Cerro de La Joya ardía, los árboles perdían la batalla. Llegó un cambio de viento y las llamas se volvieron en su contra. En ese momento Fátima Guadalupe Domínguez Rodríguez volteó y observó que su cuadrilla seguía firme, lo que la motivó a apagar de una vez por todas esa reserva natural. ¡Y lo lograron!
Ella es Médica de profesión, la cual ha dejado a un lado pues le preocupa mucho que los pulmones naturales de Michoacán sigan funcionando. De ahí que desde hace algunos inició como brigadista de manera voluntaria, pues también desea que los niños y la sociedad en general tengan espacios naturales y un entorno hermoso.
Con el tiempo tuvo que irse capacitando, Fátima Guadalupe recuerda que los brigadistas de Santa Fe de la Laguna fueron los primeros en confiar en cuatro mujeres dispuestas a combatir los voraces incendios forestales, compartiendo con ellas su experiencia y conocimiento. Sin embargo, hubo cortadores de aguacate que las discriminaron por su sexo, puntualizando: “Esas viejas qué hacen acá, deberían estar en su casa haciendo tortillas y cuidando a sus hijos”.
Pero eso no astilló su invencible convicción, y ahora señala: “Con trabajo hemos demostrado que las mujeres también podemos y tenemos valor. Que podemos ocupar puestos importantes y que sabemos desempeñarlos de manera eficiente”.
De ahí que la doctora, originaria de Lagunillas, Michoacán, actualmente comanda a Protección Civil de ese municipio, así como a la Brigada Forestal 724 (conformada por 13 miembros, en su momento cuatro eran mujeres). A todos los integrantes los ve como familia, por lo que los cuida con amor maternal. “Aquí está claro: Subimos todos, bajamos todos”.
La encomienda que tiene como jefa de brigada ha sido contundente, pues lleva tres años evitando que se incendie el Cerro del Águila en la parte de Lagunillas. Su equipo se siente en deuda en este lugar, pues alguno de sus integrantes murió combatiendo las llamas.
La comandanta Fátima recuerda que sus padres le infundieron un gran amor por la Medicina, pero ella sintió la inmensa necesidad de rescatar el entorno, para dejar a sus hijos y sociedad un mejor futuro rodeados de gran diversidad de flora y fauna.
Domínguez Rodríguez expresa que siempre hay miedo al momento de combatir los incendios forestales, pues se registran situaciones inesperadas como choque de corrientes, levantamiento de torbellinos o cambios de viento, como les sucedió tanto en el Puerto del Tigre como en el Cerro de La Joya en Morelia.
“Siempre que combatimos el fuego estamos pensando en la familia, en los compañeros. Las mujeres nos armamos de mucho valor, enfrentarse a las llamas no es fácil. Debes tomar decisiones rápidas y tener mucha convicción”.
Fátima Guadalupe recuerda que junto con su cuadrilla han sentido un peligro extremo al brindar apoyo para combatir incendios en los cerros de Los Tanques y La Joya, en Pátzcuaro y Morelia, respectivamente, una vez que las condiciones climáticas complicaron la labor.
Como parte de su labor, también platica con campesinos y ganaderos exhortándolos a tener mucho cuidado al momento de quemar pastizales. Fátima es una mujer que con valor y convicción demostró que el género no es una limitante para servir a la sociedad.