Morelia, Michoacá.-Ante la algarabía y la mirada atenta de niños y niñas morelianos que se dieron cita, acompañados de sus papás en el centro de la ciudad, el Presidente Municipal Wilfrido Lázaro Medina y el Arzobispo, Alberto Suárez Inda, entregaron a los Tres Reyes Magos el permiso para entrar a las casas del municipio y repartir los juguetes a los pequeños la madrugada de este domingo 6 de enero.
Entre gritos, aplausos y un gran ambiente, las familias morelianas dieron la bienvenida a Melchor, Gaspar y Baltasar en lo que fue la tradicional Cabalgata de los Reyes Magos, la cual dio inicio en el Santuario de la Virgen de Guadalupe, para continuar por el Acueducto y la Avenida Madero donde participaron aproximadamente 70 bailarines y personajes de fantasía que le dieron un toque mágico a la celebración.
Justo en el corazón de Morelia, Melchor, Gaspar y Baltasar ya eran esperados por los pequeños, que con gusto y singular alegría con globo en mano y ansiosos saludaban agitando sus manitas, adornando la Calle Real con sus risas.
Al llegar el contingente frente a Catedral, se detuvo para que el edil moreliano Wilfrido Lázaro Medina, acompañado de su esposa Maggy Oribio de Lázaro y Monseñor Alberto Suárez Inda, arzobispo moreliano, les concedieran el permiso para repartir los obsequios a los pequeños de Morelia con el aval del representante del gobierno del estado, Roberto Monrroy García, Secretario de Turismo en la entidad.
Don Alberto Suárez señaló ante los presentes que este año hay que comprometerse en primer lugar, para dar gloria a Dios tal y como lo dijo el ángel la noche de Belén, “los magos fueron a adorar al Señor, no nada más el 6 de enero, sino todos los días y cuando vean esta hermosa Catedral recuerden que tenemos que darle a Dios un hogar en nuestro corazón”.
“Además de traer regalos a niños morelianos, los Reyes Magos, llenan los hogares de alegría, ilusión y esperanza; el que no cree en la magia, nunca la encontrará, por eso Morelia les da la más cálida bienvenida”, dijo por su parte el edil Lázaro Medina al conceder a Melchor, Gaspar y Baltasar el permiso para que entren a los hogares de todos los pequeños.
Antes de dar la señal para que los pequeñines soltaran los globos con sus cartitas a los Reyes Magos, el alcalde moreliano, deseó a los asistentes que este año que comienza dé la confianza para seguir adelante y esté lleno de amor y alegría.
Asimismo, la presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, DIF de Morelia, Maggi Oribio de Lázaro dio la bienvenida a tan singulares personajes y felicitó a los infantes por este día tan especial para ellos.
De acuerdo al secretario de Turismo y Cultura de Morelia, Enrique Rivera Ruíz, esta tradicional Cabalgata de los Reyes Magos, que cumple su décimo primer aniversario, participaron 70 actores y bailarines, además de 100 voluntarios de la comuna y organizaciones diversas.
Abundó que este año hay que comprometerse en primer lugar, para dar gloria a Dios tal y como lo dijo el ángel la noche de Belén, “los magos fueron a adorar al Señor, no nada más el 6 de enero, sino todos los días de nuestra vida, y cuando vean esta hermosa Catedral recuerden que tenemos que darle a Dios un hogar en nuestro corazón”.
El primero en tomar la palabra fue Melchor, quien agradeció la afectuosa bienvenida por parte de los morelianos, posteriormente Gaspar, manifestó que será una ardua tarea la que emprenderán este día y pidió a los niños que duerman temprano y dejen un vaso de agua, para que sus animales la beban.
Por último, Baltasar mostró su beneplácito al recorrer las calles de la ciudad de Morelia y exclamó que los regalos más importantes son la felicidad, la paz y el amor.
Antes de dar inicio con la celebración eucarística, el edil Wilfrido Lázaro Medina entregó a cada uno de los Reyes Magos, las cartas de autorización para que visiten los hogares de la capital michoacana y entreguen un regalo a los niños.
De esta forma, los pequeños acompañados por sus padres soltaron los globos que contenían la carta en donde depositaron cada una de sus peticiones, lo que permitió que el cielo se vistiera de colores y se iluminara una gran sonrisa en el rostro de los infantes.