Por JOSÉ HERRERA PEÑA*
Despertó más esperanzas el presidente López 4 que Fox, el embotellador de refrescos de Guanajuato electo en 2000. A dos años de su elección, el llamado Peje ha causado una mayor decepción.
El embotellador gobernó mal, pero gobernó. El actual ni siquiera ha gobernado, porque los que gobiernan son los gobernadores, sólo ha hablado. Lo más grave es que ha dicho una cosa y ha hecho la opuesta. Ha fintado con la izquierda y ha pegado con la derecha. La vergonzosa incongruencia desnuda.
Bien dice que el pez por su boca muere. ¿Qué harán ahora los millones de ciudadanos que creyeron en sus huecas palabras? Resignarse, como siempre. Mientras el país siga siendo de un solo hombre, seguirá expuesto a estas euforias y depresiones. Algún día comprenderá que lo que se requiere no es cambiar a un manipulador por otro, sino transformar su sistema político.
Da pena leer las zalameras y huecas palabras de esos pocos ilusos que se atrevieron a expresar su apoyo al presidente López 4, con motivo de ejercer el poder desde el día en que fue electo hace dos años y tomar posesión de su cargo desde hace año y medio.
México se equivocó al darle su confianza y su apoyo al nuevo corrupto que lo engañó con la bandera de ser incorruptible. No es la primera vez que se equivoca, ni será la última, mientras se mantenga el sistema político diseñado para encumbrar lo podrido y corromper el talento.
Si los partidos políticos no asumen el reto de proponer un nuevo sistema político que saque a flote lo mejor de los mexicanos, no lo peor, serán responsables de que la República siga postrada ante la demagogia, la ruindad y la vileza.
Los ciudadanos mexicanos votaron por otra cosa. Resultó más de lo mismo, pero empeorado y con más saliva.
Recuerdos
Hace un año, el país iba de mal en peor. El único logro del presidente López 4 era haber dispuesto del erario de la nación para ampliar su clientela electoral. Después reveló su enfática misoginia, pero la pandemia “le cayó como anillo al dedo” para justificar sus fracasos en seguridad pública y crecimiento económico. Actualmente, el país es un desastre.
Una sola verdad
La verdad histórica es que hubo 43 estudiantes de Ayotzinapa que fueron secuestrados por diversos órganos del Estado mexicano, asesinados y sus restos convertidos en cenizas.
Esa verdad histórica difícilmente podrá ser cambiada por el millonario fiscal general de la República, ni con todos sus millones, ni con todo su poder, ni con su nueva verdad histórica.
Diferencias
A diferencia del presidente actual, Lázaro Cárdenas del Río no era un hablador, sino un estadista. No hablaba. Actuaba. Le decían La Esfinge de Jiquilpan.
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*José Herrera Peña. Es Licenciado en Derecho por la UMSNH. Doctor en Ciencias Históricas por la Universidad de La Habana. De cuantiosa bibliografía histórica. Ha sido abogado postulante, funcionario del gobierno en la República Mexicana y en otros países del mundo, entre ellos Canadá y Nicaragua. Catedrático de diversas Universidades de México y de otros países. Le otorgó la Secretaría de Cultura federal una Mención Honorífica “en reconocimiento a su trayectoria en el rescate de memorias y documentos”.
