Por Laura Sillas.
Vivimos tiempos de descomposición social en donde el Estado no ha podido ofrecer condiciones de desarrollo y bienestar a sus ciudadanos, ante ello el descontento es latente, las voces de reclamo no son escuchadas y sólo se convierten en una queja más, en este contexto el arte como parte del devenir de una sociedad también utiliza sus medios para hacer públicas sus denuncias.
Los artistas urbanos se han sumado a los reclamos de los brasileños por el dinero destinado para el Mundial de Futbol, cuando existen carencias básicas en la sociedad como es la alimentación y la vivienda, se han manifestado por medio del grafiti en las calles de la ciudad sede.
Se trata de un grafiti pintado por el artista Paulo Ito, conocido en los días por el autor del grafiti anti Mundial, en la imagen un niño aparece llorando en un cuarto de madera, sin ropa, sentado ante una mesa que tiene un plato y sobre éste un balón de futbol, la cara de sufrimiento del niño es impactante, los ojos expresan su coraje. Fue pintado en el muro de una escuela en el barrio de Pompeia en la zona oeste de San Paulo.
Aunque el descontento social se ha acentuado en los últimos días a propósito de los eventos que se esperan, el artista lleva 14 años plasmando en las calles imágenes, muchas de ellas han sido de denuncia, pero ésta en especial ha causado gran impacto.
En diversas entrevistas, Paulo Ito ha comentado que la copa es una oportunidad para exponer al mundo los problemas de Brasil y quizá despertar la indiferencia de la clase política que vive sin tomar conciencia de los problemas de su país.
Como en la mayoría de las creaciones artísticas, le corresponde al espectador darle su propia lectura, por ello el artista Paulo quiere que cada quien le otorgue su propio sentido, lo cierto es que se trata de una imagen explicita que no puede ocultar su mensaje de denuncia social.
A lo largo de la historia del arte, los artistas han hecho uso de sus capacidades para manifestar su descontento social, la pintura ha sido el principal medio para realizarlo. En las sociedades contemporáneas el grafiti representa una posibilidad de plasmar imágenes en las calles con contenidos políticos, culturales y sociales, con técnicas de color que conllevan símbolos o simplemente una imagen que retrasmite lo que otros ya han hecho sin tener alguna aportación.
El grafiti despierta aceptación y rechazo para diversos grupos sociales. En este caso el artista plasma una imagen, que genera gran expectación porque refleja la conciencia que puede haber en el interior de un artista, que sale al descubierto a las calles de una ciudad que vive un contexto económico político y social conflictivo.
Además se trata de un artista urbano que vive en la independencia y que no cree que alguna marca pueda apoyar su causa, porque sus mensajes pueden transgredir las conciencias, por ello lleva 14 años haciendo trabajos de manera independiente y viviendo modestamente de los ingresos que algunos de ellos le han dejado sin traicionar sus intereses de evidenciar los rezagos y necesidades de una población a la que él mismo pertenece.
El grafiti anti Mundial es un ejemplo de cómo las manifestaciones de los artistas urbanos se suman a los reclamos de inconformidad de los ciudadanos que salen a las calles a demandar atención, como lo han hecho en los últimos días.
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