“La reconstrucción del tejido social en Michoacán aún pendiente”
Por Laura Sillas.
El Segundo Informe de Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, motiva a reflexionar respecto a la política cultural del presente sexenio, la cual ha anunciado que uno de sus ejes centrales es la reconstrucción del tejido social, con programas especiales en estados como Michoacán.
Al revisar los primeros resultados del Programa Cultura para la Armonía: Caminos de Michoacán, el cual pretende “desarrollar un movimiento cultural sin precedentes en el estado”, tal cual fue anunciado, con una inversión de 470 millones de pesos, durante el 2014. A casi cuatro meses de su inicio resulta apresurado hacer una evaluación, lo que sí podemos apreciar son esfuerzos aislados que aún no han logrado sentar las bases para iniciar con la reconstrucción del tejido social.
Los conciertos de artistas con gran número de seguidores, la organización de festivales y las intenciones de construir centros culturales, están alejadas de una reconstrucción del tejido social, por lo que se aprecia una desvinculación del mencionado programa con las intenciones de las políticas culturales, en donde la reconstrucción del tejido social no ha sido atendida.
Una de las intenciones de la reconstrucción del tejido social es hacer énfasis en el sentido de identidad en la población, en el caso de Michoacán cómo lograrlo en habitantes que han sido desplazados de sus lugares de origen a causa de los actos de violencia o de las condiciones económicas adversas.
Otra labor de las políticas culturales que buscan la reconstrucción del tejido social es el fortalecimiento de los vínculos al interior de las comunidades, diseñar dinámicas de trabajo que tomen en cuenta el origen, la cotidianidad, el devenir de los grupos, a fin de aterrizar programas en los que los habitantes se sientan identificados.
Los especialistas consideran que los procesos de reconstrucción del tejido social requieren de una política y acciones municipales concretas de absorción y repoblamiento, que brinden alternativas viables de estabilización socioeconómica a la población en situación de desplazamiento, puesto que dichos procesos se ven obstaculizados por las condiciones de vulnerabilidad en la que están los habitantes.
La población michoacana vive en un estado de vulnerabilidad en donde el Estado, como órgano de poder, no ha sido posible de ofrecer condiciones de seguridad y atención de las necesidades básicas de la población. Hay regiones con evidentes muestras de abandono, la gente no tiene un sentido de pertenencia que la haga sentirse parte una localidad y al primer signo de desestabilidad abandona su lugar de origen, es ahí en donde se requiere empezar a trabajar por fomentar el sentido de arraigo en la población ofreciendo condiciones de seguridad y económicas favorables para que no abandonen sus ambientes cotidianos.
Habrá que ver si en otros estados del país la política cultural basada en la reconstrucción del tejido social, ha sido posible o sólo han iniciado con actividades aisladas como se observa en Michoacán.