Redacción/La Página
Morelia, Michoacán.-Con la conferencia “Galileos del siglo XX”, que impartió el Dr. Luis Felipe Rodríguez Jorge, de la Universidad Nacional Autónoma de México, reiniciaron las actividades de la cátedra entre la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y El Colegio de México, en el auditorio del Planetario de Morelia.
El secretario general de la UMSNH, Egberto Bedolla Becerril, y el coordinador de Investigación Científica de la Casa de Hidalgo, Luis Villaseñor, celebraron la presencia del prestigioso investigador, integrante del Sistema Nacional de Investigadores, de las academias Mexicana y Michoacana de la Ciencia, así como miembro prominente del Colegio de México, órgano conformado por los artistas, investigadores, intelectuales más reconocidos del país.
Rodríguez Jorge explicó que el programa entre el Colegio y la UMSNH fue el primero a nivel nacion y surgió con la intención de descentralizar el conocimiento. Sobre la conferencia, expuso que Galileo es uno de los personajes más importantes de la ciencia, de hecho, es considerado el primero en aplicar el método científico.
Veremos que en el siglo XX hubo al menos dos personas o equipos de trabajo que repitieron lo que hizo Galileo utilizando otras formas de energía que llegan de los astros y no es capaz de percibir el ojo humano, esta experiencia es la de observar lo que no había sido visto anteriormente.
Lo que no sabían los pioneros en el uso del telescopio y del microscopio es que la luz, la forma de energía que ellos amplificaban con sus instrumentos, es solo un componente de algo mucho más amplio, más general. La luz es parte del llamado espectro electromagnético, que incluye a otras formas de energía, o radiaciones como a veces se les dice, como las ondas de radio y los rayos X.
Recordó que el descubrimiento de que la luz era parte de un fenómeno más general lo realizó desde el punto de vista teórico el físico escocés James Clerk Maxwell, quien en 1864 unificó a la electricidad y al magnetismo en el llamado electromagnetismo. Encontró que dentro de esta teoría era posible producir ondas electromagnéticas que se desprendían del cuerpo emisor (por ejemplo, el Sol) y que viajaban libres por el espacio.
Sin embargo, la comprobación experimental de la teoría de Maxwell la realizó Heinrich Hertz en 1888, construyendo aparatos transmisores y receptores de ondas de radio, demostrando que éstas se mueven a la velocidad de la luz, y que era posible lograr que los campos eléctricos y magnéticos se desprendieran de los alambres y viajaran libremente por el espacio en forma de ondas electromagnéticas.
La primera detección de ondas electromagnéticas distintas a la luz y provenientes del espacio ocurrió de manera fortuita. En 1928, Kart Jansky, un físico recién doctorado en la Universidad de Wisconsin entró a trabajar en los laboratorios Bell. Donde comenzó a trabajar en el problema de la molesta estática (los ruidos y chasquidos que se oyen cuando uno sintoniza el receptor de radio a una frecuencia a la que no hay estaciones y le sube al volumen) que se escucha en las bandas de radio.
Para investigar el problema, Jansky construyó una antena con su sistema de recepción que captaba ondas electromagnéticas con frecuencia de 20 millones de Hertz. Pudo determinar que la misteriosa estática se originaba en fenómenos como las tormentas eléctricas, pero alcanzaba su mayor intensidad cuando su antena apuntaba a una cierta región en el cielo, el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Es en el sentido que acabamos de explicar en el que podemos pensar en Jansky como un Galileo del siglo XX. Así como Galileo exploró por primera vez la luz que proviene de los cielos con su telescopio, Jansky exploró por primera vez las ondas de radio que provienen del espacio.
En 1962, un grupo estadounidense encabezado por Riccardo Giacconi, Herbert Gursky, Frank Paolini, y Bruno Rossi envió un cohete que por unos minutos estuvo por encima de la atmósfera terrestre y que trataría de detectar rayos X provenientes de la Luna. Estos investigadores habían supuesto que la Luna podría absorber y reemitir parte de los rayos X que le llegaban del Sol.
Para su gran sorpresa, señaló Rodríguez Jorge, detectaron una fuente muy intensa de rayos X en la constelación del Escorpión, en una posición distinta a la de la Luna. Esta fuente era mucho más intensa de lo que esperaban que fuese la Luna. Más aún, el que mantuviera su posición en la bóveda celeste indicaba que posiblemente se encontraba fuera del Sistema Solar y esto quería decir que la fuente era lejana y por lo tanto intrínsicamente muy luminosa en los rayos X.
En este sentido, podemos considerar al cuarteto formado por Giacconi, Gursky, Paolini y Rossi como otros Galileos del siglo XX, puesto que detectaron por primera vez una fuente de rayos X externa a nuestro Sistema Solar.
En su ponencia, el integrantes del Colegio Nacional planteaó la pregunta: ¿Habrá más Galileos, en este caso del siglo XXI? Todo parece indicar que sí, respondió. La teoría de la Relatividad General de Einstein predice la existencia de ondas gravitacionales, así como la teoría del electromagnetismo de Maxwell predijo la existencia de ondas electromagnéticas.
Conlcuyó que será difícil señalar de manera individual a los Galileos del siglo XXI. Lo más seguro es que no será un solo individuo, sino enormes equipos de investigadores de entre los cuales cada vez será más difícil reconocer a un único líder, los que logren la detección de las ondas gravitacionales. Así, es posible que ya no se den más Galileos individuales en el futuro, con los grandes equipos de trabajo sustituyendo al lobo solitario de la ciencia, expuso.
En febrero la cátedra continuará con la presencia de los doctores Elena Medina y Ranulfo Romo, también está confirmada la participación de los doctores Ruy Pérez Tamayo, Diego Valadés, Samuel Gitler, Eusebio Juaristi en el transcurso del 2013.