Redacción/La Página
Morelia, Michoacán.-El rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Salvador Jara Guerrero, participó como comentarista en la presentación del libro “Educar para una nueva sociedad”, a cargo del Nuncio Apostólico en México, Christophe Pierre. Además de la autoridad nicolaita asistieron también Luis Roberto Mancilla Sahagún, rector de la Universidad Latina de América; Erick Avilés, de Mexicanos Primero, y la química Bertha Ballesteros Silva, de la Unión Social de Empresarios de México.
El rector Salvador Jara Guerrero abordó el texto desde la perspectiva laica, y se mostró sorprendido de que la publicación retoma pensamientos que recorrieron el siglo XX y están marcados por una gran insatisfacción con el modelo de desarrollo mundial. “No nos gusta el mundo en que vivimos, parece que todos estos esfuerzos e ilusiones que vienen del mundo ilustrado, lejos de ayudar a que la sociedad fuera más justo, equitativo y con mayor felicidad no han funcionado adecuadamente”.
Felicitó a los organizadores del foro por reunir a personas que piensan de maneras distintas, por reconocer que la verdad no es tan sencilla de alcanzar, aunque haya valores universales e ideas con las que nos podemos poner de acuerdo.
Refirió que el mundo es mucho más complejo de lo que creíamos, la búsqueda de la verdad está muy vinculada al proyecto educativo, no es producto de una reflexión; la educación están más cerca de las humanidades que de las ciencias duras.
Destacó la importacia de la diversidad y el valor de la prudencia, sobre todo cuando se tiene la responsabilidad de formación y del futuro de otras personas. “La educación no es solamente enseñar herramientas para vivir, sino enseñar lo que sea necesario para que valga la pena vivir, si no para qué sirve la vida”. Es entonces, subrayó el rector, que adquieren sentido el arte, la ciencia, la cultura y la religión, porque dan sentido a la existencia.
El Nuncio Apostólico en México, Christophe Pierre, consideró que hay una emergencia educativa que se sustenta en la crisis de confianza en la vida, entre la crisis de la educación y el problema general de la transmisión de la vida entre las cuales se da una estrecha relación, el olvido de que la vida se conserva sólo transmitiéndola a través de una generación simbólica, psicológoca, cultural y espiritual.
La educación pertenece a este universo generativo y comparte su suerte. La emergencia educativa se rebela así como aquella dramática incapacidad que la sociedad manifiesta para educar a las nuevas generaciones. Pierre sostuvo que se ha interrumpido la armonía entre generaciones, se ha roto la cadena de transmisión de una forma de vida capaz de dar adecuada respuesta al deseo de felicidad y de libertad a la cual aspiran los hombres y mujreres de hoy.
Emergencia educativa, inevitable en una sociedad en la cual prevaleve el relativismo que condena a la persona a dudar de la verdad de su misma vida y de las relaciones que la constituyen, de la validez de su empeño por construir algo en común, señaló.
Luis Roberto Mantilla, rector de la Universidad Latina, expuso que el libro Educar para una nueva sociedad es un portentoso intenso para resolver un problema de nuestro tiempo; conlleva un pensamiento y un planteamiento claro y preciso desde un horizonte definido sobre asuntos radilcales en que suelen rehuirse la toma de posturas específicas acerca de lo que nos acontece diariamente.
Afirmó que estamos ante la presencia de un testimonio histórico donde se exponen reflexiones y propuestas que giran en torno a la educación a manera de rehilete cuyas aspas abordan un conjunto de asuntos por demás ineludibles cuando se trata de dicha materia. Es un caleidoscopio cuyo interior se lee desde diferentes perspectivas y coordenadas en comunicación con múltiples saberes y disciplinas.
Mantilla Sahagún consideró que la materia educativa no puede plantearse sin una clara idea del hombre, y el planteamiento de la Conferencia del Episcopado Mexicano así lo externa; de conformidad con la CEM, dijo, se concibe al ser humano de muchas maneras vinculadas entre sí, como una realidad única e insustituible, capaz de comprender y amar, con conciencia de sí mismo y lo que le rodea, poseedor de libertad, perteneciente a una familia y una comunidad, unido a la trascendencia, así como un generoso ser y agradecido creador de cultura, en disposición al encuentro con otras culturas, un sujerto en construcción.
Erick Avilés, de Mexicanos Primero, coincidió en que hay una emergencia educativa que se refleja en diversos aspectos de la vida, pero también sugirió que ésta puede ser una oportunidad de volver al origen de la educación para organizar y recurperar a la sociedad.
Dijo que estamos en una circunstancia, la educativa, que debería preocuparnos a todos y no permitir que pase más tiempo, sobre todo en Michoacán, puesto que se han privilegiado los escenarios políticos sobre las responsabilidades.
La presidente de la USEM, Bertha Ballesteros, calificó como un acierto abrir un foro de diálogo entre diferentes actores sociales sobre uno de los problemas que nos aquejan, la urgente tarea educativa. Afirmó que son muchos los empresarios conscientes de que la empresa debe ser generadora social del desarrollo de todas las personas.
Es claro que las crisis no están en los sistemas políticos o económicos, sino en el hombre, y si éste no tienen una clara visión sobre su responsabilidad en el mundo, sus acciones serán equívocas.
El empresario, añadió, no bede limitar su tarea a formar personas que se limiten a desarrollar una actividad económica; se trata de ayudar a encontrar la trascendencia de la existencia, a vivir con ideales y valores que la impulsen a la superación. La crisis de la educación está marcada por el défiti de la esperanza y del futuro.